M. J. GONZÁLEZ
Lunes, 11 de febrero 2008, 12:09
La burbuja del ladrillo se ha desinflado y, además, lo ha hecho de una forma tan brusca -el parón se concentró en el último cuatrimestre del 2007- que se ha llevado por delante cuatro de cada diez oficinas riojanas de intermediación inmobiliaria, según las estimaciones del presidente de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (APIS) en La Rioja y también máximo responsable del Consejo General de Colegios Oficiales de APIS, Santiago Baena.
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Hasta mediados del 2007, y cuando por tanto todavía no se había agudizado el proceso de desaceleración, había censadas en la Cámara de Comercio de La Rioja 296 oficinas inmobiliarias en nuestra región, de las que 195 se encontraban en Logroño. Con estos datos y aplicando los cálculos de los APIS, los cierres habrían afectado a 118 oficinas inmobiliarias riojanas.
Según Baena, esta «situación delicada» por la que atraviesa el sector riojano «ha sido similar a la registrada en el conjunto del país, exceptuando las zonas costeras, y nos ha afectado a todos». Sin embargo, los APIS colegiados en La Rioja (16 ejercientes y otros 30 no ejercientes) «nos hemos visto menos afectados que aquellos que al calor del boom de la construcción, de la escalada de precios y del dinero fácil, con un teléfono móvil como toda logística y sin preparación alguna, se convirtieron en expertos y entraron en un mercado liberalizado en el que ha imperado la ley de la selva».
Locales vacíos
«La prueba más evidente está en la calle», sentencia Baena. «Después del verano muchas oficinas inmobiliarias han cerrado y los locales que han dejado vacíos tardan algún tiempo en volverse a ocupar y no por otra oficina de intermediación», añade.
Respecto a las causas que han provocado este drástico descenso de la actividad, Baena apunta, entre otros factores, al incremento de los precios de la vivienda, «que estaban alcanzando importes de injusticia social», el encarecimiento de los préstamos como consecuencia de la escala alcista de los tipos de interés y el endurecimiento de las condiciones que imponen los bancos y cajas a la hora de conceder los créditos.
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Sobre la evolución a corto plazo del sector, el presidente de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria considera que «el globo ya está bastante desinflado», y aunque a lo largo del 2008 «todavía nos tocará aguantar con el cinturón apretado», en el 2009 «la situación se normalizará, pero sin volver a lo de años anteriores».
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