Muere Xosé Cuiña, ex dirigente del PP gallego y 'delfín' de Fraga, a causa de una neumonía

Xosé Cuiña Crespo, uno de los políticos más relevantes del centro-derecha gallego y hasta el año 2003 'número dos' del PP de Galicia y 'delfín' de Manuel Fraga, murió ayer en el Hospital Clínico de Santiago a causa de una neumonía.

Cuiña, de 57 años y natural de la población pontevedresa de Lalín, había sido ingresado en la clínica el pasado día 14. Su enfermedad se agravó en las últimas horas con un 'shock séptico', según un comunicado del centro hospitalario. Su cuerpo fue trasladado a su localidad natal, donde la corporación municipal celebró un pleno extraordinario y decretó tres días de luto oficial. En el salón de plenos del consistorio será instalada hoy la capilla ardiente y mañana tendrá lugar el funeral y el entierro.

Condolencias

Políticos, amigos y compañeros se desplazaron hasta la casa familiar para expresar su condolencia a los familiares del ex consejero. Entre ellos, el presidente del PP, Mariano Rajoy ; el líder 'popular' gallego, Alberto Núñez Feijoó; la presidenta del Parlamento de Santiago, Dolores Villarino; el portavoz parlamentario del PSdeG, Ismael Rego; y el ex presidente de la Xunta, Xerardo Fernández Albor.

Rajoy recordó a su compañero de filas como «un hombre que vivía la política, que trabajó siempre con mucho ahínco, que tuvo muchos más aciertos que equivocaciones, y yo lo he sentido mucho». El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, destacó que su figura política «fue extremadamente relevante en la vida pública de nuestra comunidad autónoma», y Anxo Quintana, vicepresidente de la Xunta y dirigente del BNG, señaló que «con luces y sombras, con aciertos y con errores intentó desde sus puestos de responsabilidad, servir a lo que el consideraba lo mejor para el país».

Pero quien con más sentimiento se expresó fue su amigo y compañero político, Xosé Luis Baltar, quien, junto a Cuiña, representaba la llamada corriente galleguista del PP, enfrentada al sector más cercano a Rajoy y Núñez Feijoó. «Acaba de desaparecer uno de los amigos de verdad -dijo-, al que no olvidaré jamás, y uno de los amigos que me dio unas muestras de comportamiento humano y político extraordinario».

Xosé Cuiña se inició en la política a los 29 años como alcalde de su pueblo natal; a los 37 presidió la Diputación Provincial de Pontevedra, y a los 40 era ya vicepresidente y 'delfín' de Fraga. Fue el único político directamente afectado por la catástrofe ecológica del Prestige, en el 2002, cuando hubo de presentar su dimisión al año siguiente como consejero y vicepresidente de la Xunta, al relacionarse una empresa de su entorno familiar con presuntas irregularidades en el suministro de material para la limpieza del chapapote. Su última actuación parlamentaria (mantenía un escaño como diputado en el Parlamento Gallego) fue para explicar su gestión en las polémicas obras de construcción de la autovía de O Salnés, en Pontevedra.