Los hornos de la conserva

La industria de la conserva en Calahorra ha sido uno de los tradicionales pilares de la economía local. De ello, pueden dar fe las cuatro chimeneas de ladrillo que actualmente se conservan en su entramado urbano. Tres de ellas se mantienen firmes al paso del tiempo en el Casco Antiguo, mientras que la cuarta preside una de las plazas de reciente construcción en el centro de la ciudad.

En la parte histórica del municipio y en medio de los restos romanos que ha arrojado a la luz el yacimiento de 'La Clínica' se alza la antigua chimenea de la segunda fábrica de 'Conservas Torres', construida en 1943. Pese a que próximamente se procederá a 'musealizar' el área arqueológica donde se ubica, el Ayuntamiento calahorrano tiene previsto mantener su estructura dentro del futuro museo.

De la misma empresa existe otra infraestructura de este tipo en la actual plaza Obispo Fidel García. Esta última procede de la primera planta conservera de la firma y, curiosamente, hoy trepa por sus muros una poderosa enredadera.

Cercana a la estación de Renfe se encuentra la tercera de estas 'torres', que perteneció a 'Conservas Botejilla'. Su emplazamiento pertenece a la actual fábrica 'Envases Metálicos Moreno'.

El último de estos 'monumentos', relacionado a la arquitectura industrial de la década de los cuarenta, es la chimenea de 'Conservas Francisco Moreno', en la plaza Montecompatri. La pieza está rodeada de varias viviendas y enclavada en una zona ajardinada.

El Consistorio calagurritano mantiene la estructura en homenaje al trabajo desempeñado por los más de mil de calagurritanos que formaron parte de su plantilla. Una placa recuerda y conmemora hoy a sus obreros.

Habitadas por cigüeñas

Por la altura y dimensiones que alcanzan los hornos, las colonias de cigüeñas han poblado de nidos sus coronaciones. Las 'zancudas' han sabido aprovechar estos enclaves tan particulares para anidar tras las migraciones. Y es que la ausencia de emisiones de humo ha sido favorable para el establecimiento de las aves.