CULTURA

Cuidados femeninos

Fármacos y depilación por láser, tratamientos más aconsejables para el exceso de vello facial en las mujeres

MIGUEL AIZPÚN.

Martes, 11 de septiembre 2007, 02:46

En el artículo de la pasada semana hablamos del hirsutismo, hoy lo completaremos con el tratamiento. El exceso de vello es un problema que afecta a millones de mujeres en el mundo. Puede ir desde unos pelos aislados en la barbilla o un crecimiento ligero en el labio superior, a una cantidad importante. Debe ser la propia mujer quien decida si su vello facial es excesivo.

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El color y el espesor del pelo vienen determinados por la herencia. Así, por ejemplo, una mujer cuya familia tiene vello facial denso y oscuro, tendrá muchas probabilidades de tenerlo también.

Para combatir el hirsutismo facial femenino existen tratamientos farmacológicos, que han sido obtenidos por el esfuerzo investigador de la industria. En este ámbito, el estricto control médico resulta absolutamente imprescindible, ya que una aplicación incorrecta podría acarrear problemas accesorios y efectos secundarios de diversa importancia. Los tratamientos farmacológicos que existen en estos momentos son la eflornitina, de aplicación local. Por vía oral pueden ser administrados otros fármacos, como el acetato de ciproterona, la espirolactona, la flutamida y otros de similar composición. Para su utilización, nunca se debe recurrir a la opinión de amigas a quienes uno de estos productos pudiera haberle ido bien para resolver su problema. Sólo las indicaciones del dermatólogo ajustarán el empleo a las características de cada paciente y exprimirán al máximo las posibilidades terapéuticas de cada producto, seleccionando el más indicado en función del problema concreto.

Otra alternativa frente al hirsutismo está constituida por la depilación por láser. La efectividad de este tratamiento puede ser reforzada por la combinación del láser y la aplicación local de crema de eflornitina. La eflornitina es una molécula que actúa a nivel del folículo piloso retrasando el crecimiento del mismo. Debe aplicarse dos veces al día todos los días, observándose una mejoría en 4-8 semanas. Su utilización regular permite reducir la frecuencia de la depilación al retrasar el crecimiento del vello y disminuir su longitud y grosor. En todo caso, la consulta al dermatólogo resultará determinante para seleccionar qué método resulta más adecuado y eficaz para cada caso. Para seleccionar el tratamiento más adecuado para combatir el hirsutismo primero se deben conocer las características de la paciente. Se debe estudiar cada paciente, hacer una historia clínica, cuantas pruebas complementarias sean necesarias y llegar a un correcto diagnóstico. Un procedimiento efectivo para una persona puede resultar inapropiado para otra. Experimentar un tratamiento sin conocer previamente sobre qué tipo de piel se aplica y sin un diagnóstico, constituye una operación que, seguramente, contribuirá a acentuar el problema en lugar de solucionarlo. Los dermatólogos comprobamos frecuentemente en nuestras consultas las irritaciones producidas en pieles sensibles, consecuencia de la aplicación de tratamientos que resultaban contraindicados para ellas. Y también constatamos, otras veces, cómo algunas pacientes han desembolsado fuertes sumas de dinero en tratamientos no adecuados para las características de su piel y escasa o nulamente efectivos ante el transtorno que las aqueja.

A la vista de la evolución de la sociedad actual, podemos inducir, sin temor a equivocarnos, que el tratamiento del hirsutismo generará una demanda creciente en los próximos años. La mujer ha asumido un nuevo rol social y profesional, en el que la imagen y el atractivo físico juegan un papel muy destacado.

El cuidado de la feminidad constituye hoy una auténtica exigencia. Por una parte, la presión social exalta la belleza corporal y, en un mercado laboral muy competitivo, este factor llega a ser con frecuencia determinante. Esta circunstancia ha sido asimilada por el colectivo femenino, hasta el punto de que muchas de las aspirantes a un empleo consideran que, si no lo obtuvieron a pesar de estar perfectamente cualificadas, el rechazo estuvo motivado por defectos que deterioraban su imagen. Entre estos defectos, el hirsutismo es citado frecuentemente en los foros femeninos, lo que demuestra que la percepción de sufrir este trastorno es considerablemente más alta que su incidencia clínica. Las nuevas técnicas y los productos desarrollados por las investigaciones de la industria hacen que los métodos tradicionales para combatir las señales del hirsutismo cada vez se usen menos y es previsible que esta tendencia se acentúe en los próximos años.

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Existen métodos y productos desarrollados por la industria cuya efectividad ha sido corroborada por ensayos clínicos. Sin embargo, hay que subrayar que el tratamiento del hirsutismo debe ser necesariamente precedido de un estudio minucioso que determine la causa del trastorno. Por ello, tanto los dermatólogos como la propia industria estamos obligados a impulsar campañas de concienciación para lograr que ese modesto 7% de pacientes con hirsutismo que se calcula acuden actualmente a la consulta del especialista se acerque, lo más rápidamente posible, al ciento por ciento de la población afectada.

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