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E. PASCUAL
Lunes, 6 de agosto 2007, 02:44
Sus camiones de reparto siguen paseando por el norte la estampa de la entrañable muñeca con coletas que escenificó su expansión lustros atrás. Pero La Pitusa sigue conjugándose en presente y futuro. Desde sus instalaciones en Rincón de Soto al amparo de la casa Angesita, S.L., se mantiene como la única fábrica de gaseosas en La Rioja y de las contadas que sobreviven en todo el país.
«Contra viento y marea» o «con mucho esfuerzo, trabajo y sacrificio» son algunos de los lemas repiten los familiares y trabajadores que continúan con la labor que iniciaban por 1958 los hermanos Jesús y Gregorio Calvo. «Empezaron a mano con una olla, con una dosis manual del 'jarabe' y, poco a poco, se ha ido adaptando a lo que requieren los tiempos», describe Angelines Calvo. Hoy, Angesita, S.L. fabrica cerca de un millón de botellas al año y comercializa y distribuye gaseosa, naranjada, limonada, manzana y sifones en Francia, por La Rioja, Soria y la ribera navarra. «Como hay que retornar los envases, tampoco podemos abarcar más», explica Angelines.
La estrecha competencia, las campañas de publicidad o la crisis originada por el embotellado en plástico -que no admite todo el gas que precisa la bebida y pierde calidad- han retado a La Pitusa, que sigue aquí después de ver cerrar fábricas mayores. Fieles a la calidad que aporta el vidrio para mantener el gas, han sabido adaptarse a las exigencias del mercado con la modernización de su maquinaría, la adopción de nuevos servicios como el de pre-venta o de sistemas de calidad -como el certificado ISO 9001-, reciclar todo el material o diversificarse como distribuidores de Heineken España o Coca Cola, lo que les permite mantener su estructura de fabricación.
Lo suyo es la gaseosa tradicional, y son conscientes. De hecho, su botella clásica se ha convertido en objetivo de coleccionistas en las subastas de Internet. «Tenemos una clientela fiel, lo que ocurre es que el mercado no demanda más», analiza Angelines sobre los retos futuros. Eso sí, como rinconeros tienen un sueño: ser la gaseosa de los riojanos. «Siendo la única fábrica en la comunidad, que es un mérito muy grande para ser una empresa pequeña, nuestra ilusión es estar en todos los restaurantes de La Rioja».
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