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Facundo Martínez Zaporta, oficial de Correos durante dos décadas y hombre de talante emprendedor, funda su primer intento de periódico: ‘El Comercio’, semanario «no político».
Nace ‘LA RIOJA. Diario político’, con una hoja volandera a modo de prospecto y la intención de ser un diario independiente en una provincia que contaba entonces con 15.000 habitantes.
La primera sede del diario es la Casa del Correo, a la entrada de la plaza Amós Salvador, en el edificio donde ahora se encuentra el Ateneo Riojano.
Ya en 1890, en un edificio de Sagasta, calle relativamente nueva por entonces: el 9, luego renumerado como 25.
Facundo fallece en 1911. Su hijo Francisco ‘Paco’ Martínez Zaporta, columnista habitual, fue presidente de la Diputación, reformador e impulsor de la agricultura.
El periodico sufre el primero cambio de dirección, la cual recae en Felipe Martínez Zaporta, hijo de Facundo. Lo sería 27 años, hasta 1938
La Familia Martínez-Zaporta pide permiso municipal para construir un teatro y un edificio y el diario. Todo recae en el arquitecto Quintín Bello. En 1913 se inaugura el Teatro Moderno que a punto estuvo de llamarse Gran Teatro (Zaporta) con una obra de Jacinto Benavente.
El periódico se traslada a su nueva sede, la plaza que se llama ‘De la imprenta’ por la calle de ese mismo nombre, donde estaban los talleres del impresor renacentista Guillén de Brocar.
El periódico, ahora subtitulado ‘Diario independiente de la mañana’, va adquiriendo un tinte liberal durante el primer tercio del siglo, y de izquierdismo moderado ya en la Segunda República.
La plaza donde se encuentra la sede del periódico y el Teatro Moderno cambia de nombre: pasa a dedicarse a Francisco Martínez Zaporta, como homenaje tardío al político y periodista. Había fallecido en 1916. La plaza aún mantiene ese nombre en la actualidad.
Estalla la guerra y comienza la represión. Cientos de funcionarios (municipales, maestros) son apartados de sus puestos. Entre las pruebas de izquierdismo es frecuente la apostilla «lee LA RIOJA».
La Ley de Prensa franquista obliga a la unificación de los periódicos de la provincia. LA RIOJA absorbe al maltrecho ‘Diario de La Rioja’ y pasa a control total de la estructura de propaganda del Movimiento. LA RIOJA pierde su cabecera y pasa a llamarse ‘Nueva Rioja’ el 1 de octubre. Felipe Martínez Zaporta es desalojado de la dirección, y le sustituye durante poco tiempo Santiago Nadal.
Dirige al periódico Antonio Loma Osorio. ‘Nueva Rioja’, como toda la prensa española, se convierte en un órgano sometido a férrea censura. Ante el control interno, ganan mucho espacio los temas de sociedad y los internacionales.
El diario es un fiel exponente del propagandismo nacional-católico, con mucha importancia de los temas religiosos, que ocupan grandes espacios del interior y la portada, algo insólito en la cabecera hasta la Guerra Civil.
José Mará Vidal toma el testigo de Loma Osorio, en una época de cambios en el diario, con entrada de nuevos propietarios y la necesidad de buscar una nueva sede más moderna. Vidal dirigirá el diario hasta 1966.
Tiempos turbulentos en la redacción y en la empresa. Siete cambios de dirección en apenas cuatro años, con cinco directores, algunos de ellos en dos épocas: José Juan García de Eulate, Norberto Santarén, Ismael Romanos, José María de Juana y José María Lope Toledo, que da algo de estabilidad hasta 1973.
Cuarta (y por el momento última) sede para el diario. El que todavía es ‘Nueva Rioja’ se traslada al número 74 de Vara de Rey, un edificio construido tras el traslado de la trinchera del ferrocarril.
Tras otra interinidad de Norberto Santarén, toma la dirección del periódico Matías Escribano, que dirigirá el rotativo hacia el tiempo convulso de la naciente democracia.
Francisco Martín Losa termina definitivamente con la época de los directores fugaces. Llevará la redacción hasta 1991.
Tras 43 años de cambio de nombre forzado, el periódico recupera su nombre histórico: el 1 de julio vuelve a la calle LARIOJA. Un titular en portada: ‘Deme LA RIOJA’. La empresa editora, sin embargo, sigue aún hoy día llamándose ‘Nueva Rioja SA’.
El periódico cumple 100 años. La cabecera vive un incremento de ventas y anunciantes.
José María Esteban asume la dirección. Bajo su mando, el periódico pasará a ser parte de un grupo, por primera vez en su historia: en 1993 es adquirido por el entonces llamado Grupo Correo.
Dos años después de que aparecieran los primeros diarios digitales en español, nace larioja.com, la edición digital de Diario LA RIOJA.
Nace TVR como primera y principal televisión local de La Rioja.
José Luis Prusén, nuevo director del diario. Ocupará el cargo por veinte años.
La prensa española, y LA RIOJA también, alcanza su récord absoluto de ventas. La fecha es también el inicio de la crisis económica y del lento descenso del formato papel, progresivamente sustituido por la pujanza de internet, pero vivo.
Diario La RIOJA se convierte en un producto ‘premium’ en digital, siguiendo la estela de la prensa mundial que persigue diferenciarse como un producto de calidad.
Durante la pandemia el periódico se elabora con la mayoría de los periodistas en sus domicilios por primera vez en su historia. Récords de audiencia en la web.
Teresa Cobo, nueva (y por el momento última) directora de Diario LA RIOJA.
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