Un festival con 115 camareros, 596 agentes de la Guardia Civil y tres ambulancias

El calimotxo en las barras del Holika es ya otro cantar desde que, por fin, hay 'Coca cola' para la mezcla. Uno por aquí, tres cervezas para allá, dos botellines de agua... La vida para un camarero de festival es un sin parar. Hasta 115 ha contratado Pámpano Eventos para el servicio de bar del recinto de conciertos. Ésta ha sido la tercera edición que esta empresa de hostelería riojana ha estado al frente de las barras del festival, contando con un gran espacio central frente al Escenario Negrita y varios mostradores junto al Escenario Cutty Sark, además de en la 'zona vip'.

Otra firma riojana, en este caso mitad calagurritana y mitad navarrra, se ha estrenado este año en el recinto. Es La Panadera, en la que Rebeca Losantos y Alberto Caro, han puesto la nota dulce al evento -también salada con bocadillos- con un montón de donuts, algunos de sabores que ni imaginábamos. También ha vuelto al Holika, por segunda vez, El Rincón Andaluz. Ellos se han encargado de alimentar a todo el personal de la organización y a los 'holikers' de la acampada, que por primer año han tenido a su disposición dentro del área de camping una zona de restauración (Atrium). «Estamos dando desayunos, cenas, comidas, agua, hielo... a precios asequibles», explicaba Cristina Muro, su propietaria. Un vistazo al cartel de precios a la entrada de este nuevo espacio, habilitado en el huerto del convento del Carmen, lo corroboraba. Los bocadillos y hamburguesas venían a costar 6 euros y el café, por ejemplo, 1.80.

Lo mejor del sitio, la sombra. «Aquí pueden pasar la tarde antes de los conciertos», indicaba Cristina, cuyo equipo de cocina estaba formado por nueve personas. A este mismo lugar, Izaskun Martín ha llevado su Pastelería Maní en versión 'foodtruck'. «La autocaravana es mía y lo que he hecho ha sido tunearla», decía asomada al mostrador del vehículo, al que ha colocado un vinilo con el nombre del festival. «Ya verás cuando nos vea la gente cuando nos vayamos de vacaciones con ella...», se reía.

Quienes tampoco han parado son los profesionales del servicio de asistencia sanitaria, que ha quedado cubierto con Ambulancias del Olmo. «Lo que más estamos teniendo son lipotimias, crisis de ansiedad y alguna caída e intoxicación etílica», contaba (el viernes) su coordinador Jorge Celorrio. Junto a él han trabajado seis técnicos, dos socorristas, dos personas de enfermería y un médico. Como medios técnicos han contado con tres ambulancias y vehículo de atención rápida. Y ya para poner orden, los 596 agentes que la Guardia Civil ha desplazado para los cuatro días del festival.