Messi e Iniesta enamoran al fin juntos y el Barça recupera la fe

Messi e Iniesta no han podido coincidir en plenitud física y anímica esta temporada hasta hace dos semanas, pero lideraron el triunfo del Barça en el Bernabéu y todos sus compañeros recuperaron la autoestima. Cuando se haga balance de la primera campaña, y quién sabe si la última, del Tata Martino, habrá que recordar que hasta marzo no pudo beneficiarse de la conexión entre los dos magos.

El de Fuentealbilla arrancó el curso lejos de su mejor forma y cuando parecía que ya cogía la velocidad de crucero, se lesionó en el Calderón a inicios de enero. Hace tres semanas recibió el golpe de que el hijo que esperaba no vería la luz. Desde el Barça-Manchester City, es el jugador desequilibrante, intenso y brillante de siempre.

No es casualidad que también ese duelo fuese el punto de partida real de Messi. El de Rosario nunca ha dejado de marcar, pero se le ha visto sufrir desde agosto, con miedo a romperse tras esa encadenación de lesiones musculares que comenzó en abril de la pasada temporada en París. Y como suele suceder cuando se juega con tanto temor, acabó pasando por la enfermería dos veces, la segunda durante dos largos meses. A su regreso, ha compaginado los partidos con una especie de pretemporada sobre la marcha para compensar la que nunca hizo. Y eso supuso que se le viera casi andando, midiendo demasiado sus esfuerzos y aceleraciones. Pero ante el City ya se observó al '10' de casi siempre. Dos tripletes consecutivos ante Osasuna y Madrid confirman que ya está de vuelta porque el Mundial se acerca. El domingo superó a Di Stéfano (18) como máximo goleador (21) en los clásicos, dejó atrás a Hugo Sánchez (234) en el ránking de goleadores de la Liga y con 236 ya busca el récord absoluto de Zarra (251).