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IGNACIO TYLKO
Viernes, 27 de septiembre 2013, 03:09
¿A qué juega el Madrid? ¿Por qué es un equipo tan indefinido en defensa y ataque? ¿Ha dado marcha atrás Carlo Ancelotti respecto a su propuesta inicial de juego bonito y recurre ahora mecanismos de Mourinho? El escándalo del Martínez Valero y la suma de esos tres puntos que le permiten seguir la estela del Barça y el Atlético, no deben esconder la inquietante realidad de un equipo blanco que acumula incógnitas sin despejar. De no ser por Cristiano, Diego López y Muñiz Fernández, hubiera tirado media Liga ya en septiembre, igual que el curso pasado. En campeonatos que se deciden en torno a 100 puntos, dejarse cuatro ante dos recién ascendidos hubiera sido crítico para el club.
Además de ganar, el Madrid debe jugar bien, dominar el juego y ser protagonista de los partidos. Con esas ideas madre se presentó el afamado técnico italiano. Su pasado como futbolista y técnico, cuatro 'Champions' en sus vitrinas, y su paso por clubes grandes como el Parma, Juventus, Milan y Chelsea, le avalaban. Es exagerado cuestionarlo después de solo seis jornadas y con una plantilla extraordinaria, pero los constantes cambios de sistema evidencian que no da con la tecla. El duelo ante el Elche resultó paradigmático. Por vez primera en mucho tiempo, el Madrid no generó ocasiones de gol. El Madrid fue un grupo sin juego, incapaz de generar opciones para marcar y tembloroso en defensa. Se agarró a un descomunal Ronaldo que ya suma seis tantos en esta Liga y 20 goles de falta con el Madrid, aproximadamente el 10% de todos los anotados.
La crítica coincide en apuntar problemas estructurales en la zaga, ya que todos los rivales le llegan con cierta facilidad y convierten al portero en estrella, falta de manejo del tiempo y el espacio en el centro del campo y ausencia de soluciones en ataque, donde Benzema sufre cierta melancolía.
Avisos a navegantes
A diferencia de Mou, Ancelotti no busca excusas. «Lo mejor fue el resultado pero no es bastante. No estoy contento. Hay que jugar de forma distinta, ser más intensos. No hemos controlado el partido y el empate era justo. Así no ganaremos el derbi. Lo ve todo el mundo. Hay que tener más personalidad», insistió el italiano. No explicó por qué varía tanto el dibujo. Utilizó un 4-2-3-1, empleó también un 4-3-3 y últimamente se decanta por un 4-4-2, con Isco escorado a la izquierda y Cristiano en punta junto a Benzema. Habrá que ver qué hará con Gareth Bale.
Las dudas afectan a todas las líneas. Ya en la portería, apostó por Diego López pero abrió a Casillas la puerta de la Liga de Campeones en una decisión polémica y extraña. Aunque en teoría a Ancelotti le gusta empezar desde atrás, el gallego abusa de los balones en largo. En los laterales también duda entre Arbeloa y Carvajal por la derecha. Las ausencias de Marcelo y de Coentrao, le complicaron el otro carril. Ramos está muy por debajo de su nivel y también Pepe. Ya recuperado Varane, Ancelotti debe adoptar una decisión complicada.
En la medular, comenzó utilizando a todos los jugones. Modric, Isco y Özil juntos permitían pensar en un fútbol de toque y alegre y en un Madrid dominante. Pero la marcha del mago alemán se acusa a pesar de que el croata crece como medio centro. El malagueño está casado con el gol pero no participa mucho en el juego, Illarra entra y sale del equipo y Khedira presencia. Ancelotti habla cada vez más del equilibrio defensivo, cambia el discurso y recuerda que es italiano y le vale con llegar en tres pases, no en treinta. Y el último asunto a resolver es el de Karim.
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