Ezcaray y Azárrulla toman la palabra

La palabra, oral y escrita, tomó ayer Ezcaray y Azárrulla. O a la inversa, Ezcaray y Azárrulla tomaron ayer la palabra. Lo mismo da. Las dos sedes del Festival Internacional de Cuentos 'La Antigua Ferrería' se llenaron de discursos e historias varias, en la acepción más amplia que el término encierra, en las que, si hubiera que buscar un nexo, este no sería otro que el ingenio de los narradores que intentan ganarse al público que asiste con simpatía a sus actuaciones y, por ende, a un evento cuando menos original.

Y la palabra, además de bien pronunciada e hilvanada, estuvo ayer excelentemente acompañada. ¿De quién? Por supuesto, de la gastronomía, inseparable de casi todo en España, a la que, estando en La Rioja, no podía faltar el vino. Cuando pasaron lista ambos estaban en la plaza de la Verdura, donde las presentaciones de libros por Nadia Lafuente ('Simplemente Dorothy') y Álvaro Valcárcel ('Lucha de sangre') se localizaron junto a una pequeña feria eno-gastro-literaria. Es decir, para beber, comer y leer, acciones tan juntas y revueltas como lo estuvieron en otros de los actos que jalonaron una intensa jornada de este festival que no ha hecho más que arrancar y promete. Por ejemplo, en el 'CuentoPoteo', que llenó terrazas hosteleras de cuentos y música, amén de otros actos vespertinos o nocturnos que tuvieron en el espectáculo 'Vy', del reconocido Michéle Nguyen, su -otro ejemplo verbal de la importancia de la gastronomía-, plato fuerte.

Hoy más -cuentos y platos- con el acto central en una comida popular en Azárrulla, que pondrá en evidencia que comiendo sí se habla...