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N. ALONSO
Sábado, 25 de mayo 2013, 00:44
El VIII Seminario de Lengua y Periodismo, celebrado en San Millán de la Cogolla, centró ayer su atención en el empleo de metáforas, eufemismos y otros recursos cuya intención es, en muchas ocasiones, velar la realidad que describen.
El catedrático y académico de la RAE Salvador Gutiérrez abrió la mesa redonda 'La metáfora informativa' disertando sobre la función que la lengua tiene en el entorno económico actual: «La lengua refleja esa nueva sociedad, es como un espejo, refleja los sentimientos, las opiniones de los hablantes», dijo, y reseñó las constantes creaciones léxicas a las que asistimos. Desde los puros derivados ('austericidio') y las formaciones plurales ('euroescéptico', 'miniempleo'), a los préstamos ('escrache', 'troika') o las metáforas ('hombres de negro').
Gutiérrez explicó que la pragmática, que atiende al lenguaje no codificado, a la pretensión de lo que se quiere decir, es muy importante. Se usan mecanismos propagandísticos como la repetición constante, la persuasión exitosa, la vía periférica (la argumentación indirecta), los factoides (hechos que no ocurrieron pero que cobran gran vitalidad) o los(tópicos, lugares comunes) para acudir a la emoción y evitar el razonamiento. Se nutren del argumento de que 'la culpa vende', de la tautología deontológica del 'haremos lo que tenemos que hacer' y de la firmeza en el deber ('No me temblará la mano') para soslayar una realidad concreta.
Metáforas, ni buenas ni malas
Por su parte, la profesora Carmen Llamas sostuvo que «en sí misma, la metáfora no es ni buena ni mala, sino una forma de ver la realidad». Nos sirve -dijo- «para entender realidades abstractas a través de otras más cercanas» pero advirtió de que «al explicarla también ocultan una parte de esa realidad» porque generan muchas interpretaciones. Lo ejemplificó diciendo que «no es lo mismo decir que un país sale de la crisis o que a un país se le saca de la crisis».
Por su parte, la periodista y doctora Elena Gómez diseccionó el uso de los eufemismos (o sustitutivos eufemísticos) que se emplean en la comunicación económica. Así, detalló que en Economía, «los sustitutos eufemísticos se usan para que determinadas decisiones que son muy difíciles de justificar queden escondidas». Puso varios ejemplos de esta situación: ajuste de plantilla en lugar de despidos masivos; movilidad exterior en lugar de exilio; ejecución inmobiliaria en vez desahucios... Gómez reseñó que «en el momento en el que se nombran las miserias, las miserias aparecen» y eso es algo que muchos gobernantes no pueden permitirse.
El director adjunto de El Mundo, John Müller, incidió en que la información económica está viviendo ahora una segunda edad de oro (la primera la fijó en los años ochenta). Y explicó que los periodistas económicos son los únicos que viven en permanente discusión sobre la aportación de términos. «Precisar y traducir conceptos al lenguaje vulgar hace que el periodista económico tenga que detenerse y pensar», indicó, y añadió que «hay que ser lo más preciso posible porque la fuente lo exige, pero para llegar al público uno se ve obligado a simplificar».
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