Ellos abrieron el camino

Fueron lo pioneros. Eduardo Martínez, Fernando Benés y Carlos Bozalongo. Hace años, cuando todavía la máxima competición de clubes del balonmano nacional ni siquiera se llamaba Asobal, tres riojanos emigraron para abrirse un hueco en la élite. Pero eran otros tiempos. «Mis últimos once años estuve compatibilizando el trabajo con el balonmano». Son palabras de Eduardo Martínez, apodado en el mundillo de este deporte como 'Cihuri' -por ser su localidad natal-. Dueño de un lanzamiento demoledor, debutó en División de Honor con el Arrate pero sus mayores éxitos llegaron en el seno del mítico Cajamadrid donde, entre otros méritos, en su temporada mágica 1982/1983, fue el máximo artillero de la liga, logró el récord de goles en un solo encuentro (19 goles, sin lanzar penaltis) y obtuvo el bronce con la selección española en los Juegos del Mediterráneo, en Casablanca.

Fernando Benés fue un jugador polivalente, buen atacante y abnegado defensor. Este producto de la cantera de Escolapios de Logroño protagonizó una extensa carrera deportiva (13 temporadas) en División de Honor que le llevó a Oviedo (Lagisa Naranco), Pontevedra (Teucro) y León (Ademar). Su rodilla izquierda dijo 'basta ya' en el año 2000. «Fueron años muy intensos y bonitos, de los que guardo contacto con algunos exjugadores y, sobre todo, con Manolo Cadenas ('su gurú balonmanístico' con el que coincidió en Oviedo y posteriormente en León)», recuerda Benés.

Carlos Bozalongo también estuvo en Oviedo, junto a Benés, a las órdenes de Manolo Cadenas. Luego regresó a La Rioja y fue cambiando de equipos hasta retirarse, nada más y nada menos, que a los 43 años. Con un físico privilegiado, Bozalongo trabajó duro para hacerse a la posición de pivote en Oviedo. «Cuando estaba fuera de casa, ni teniendo una paranoia te podías imaginar que alguna vez Logroño tendría una equipo en la élite, jugando en Europa y finalista en la Copa del Rey», repasa el riojano.

El apellido Bozalongo continúa ligado a lo más alto del balonmano ya que dos hijos de Carlos, José Mari y Álvaro, juegan en Asobal, en Aranda y Naturhouse, respectivamente.

Opciones de estar en la final

'Cihuri' siguió ligado al balonmano después de abandonar las canchas, en esta ocasión desde la Española. Sobre la Copa del Rey que se disputa desde mañana, el riojano tiene claro: «Contamos con todas las opciones de estar en la final. Somos más equipos que Puerto Sagunto y además jugamos en casa. En la final ya será otra cosa».

«Hemos librado. Recuerdo que con el Ademar nos tocaba siempre el Barcelona en las semifinales y nos eliminaba», recuerda entre risas Fernando Benés. «Espero que la gente disfrute y vibre con el juego del Naturhouse. Confío en que pase a la final», reconoce Benés.

Carlos Bozalongo lo tiene muy claro: «Barcelona y Atlético de Madrid tienen un potencial de otra dimensión, pero esto es deporte y a un partido pueden pasar muchas cosas. Hay ocasiones, y esta puede ser una de ellas, en la que la pasión suple otras carencias». Siguiendo con el análisis de la 'Final a Cuatro', el riojano apela a los aficionados: «El público de Logroño es tranquilo pero como el partido se caliente, tenemos mucho que decir».

El balonmano de élite llegó a La Rioja hace diez años y parece que ha venido para quedarse. Es la mejor noticia para los amantes de este deporte. 'Cihuri' analiza la marcha del Club Balonmano Ciudad de Logroño desde la capital de España: «Han acertado en el entrenador, en los miembros de la directiva, han aprovechado el vacío que existe en el fútbol, las administraciones han colaborado ... Vamos, que ha salido perfecto».

En la misma línea se expresa Bozalongo: «Es el deporte que amo y tenerlo en casa y así de bien es un sueño. No se puede pedir más».

Fernando Benés, también desde su trabajo en Madrid, está desligado del día a día del balonmano en Logroño pero conoce la evolución del Naturhouse en la liga Asobal. «La gente tiene que disfrutar con el espectáculo que puede ver en el Palacio de Deportes; en un lujo», describe el exjugador.

Los tres riojanos, 'Cihuri', Benés y Bozalongo han competido en lo más alto, entre los mejores. Y por eso mismo sus reflexiones sobre la situación del balonmano en La Rioja y la irrupción del Naturhouse tienen un mismo punto de llegada: la base. Conocedores de la importancia que tiene trabajar con los más pequeños, los tres reclaman atención para los chavales. «Desde Madrid no estoy al corriente de cómo está influyendo este 'boom' del balonmano en la base, pero es vital saber aprovecharlo para sacar futuros jugadores», confirma 'Cihuri'.

Bozalongo trabaja en la Federación Riojana y conoce bien el cuadro clínico del paciente. Por eso desea que «los chavales puedan acercarse durante estos días a sus ídolos» que jugarán en Logroño la Copa del Rey. «De esta manera -prosigue- comprobarán que la gente de este deporte somos gente normal, accesible».

Emigraron, pelearon duro y llegaron a lo más alto. Tres vidas dedicadas a un deporte que vive días de rosas en La Rioja pero que vivió una larga travesía por el desierto. Aprendamos.