Paula Montal abre en Portillejo

Aún quedan unos cuantos detalles, pero el cole nuevo de Paula Montal ya está en marcha. El edificio de Portillejo 40 recibió sus primeros alumnos ayer, a las 9 de la mañana, y siguió haciéndolo a las 10 y a las 10.30 porque la entrada se escalonó para poder ir mostrando a todos los estudiantes las instalaciones. Para los más pequeños es la planta baja, al lado de su patio tapizado de caucho y con columpios nuevecitos. Los de Primaria y la ESO suben a la primera planta. También ellos tienen un patio que en nada recuerda al anterior. ¿En nada? La campana que les llama a la fila se la han traído del centro de la calle Paula Montal, lo mismo que bancos y papeleras.

La mudanza llevada a cabo durante estas navidades ha sido intensa, pero las aulas están montadas con los elementos de los que ya disponían. Si incluso han colocado las macetas junto a las ventanas...

La segunda planta se ha dedicado a los ciclos formativos de FP y a los PCPIs. Quizá sea esta última planta, en los espacios dedicados a las prácticas de los ciclos, como la clínica o la farmacia, la que aún necesita desempaquetar cajas y colocar algunos muebles.

Los chavales ya estrenaron ayer los distintos espacios, incluido el gimnasio, que se utilizará hasta que esté listo el polideportivo, que se encuentra en fase de construcción en la parcela anexa. Y, junto a la entrada al centro, la biblioteca, que ayer aún permanecía con las sillas sobre las mesas.

Los padres, los abuelos... los habituales de llevar a los niños al centro preguntaban ayer por las puertas que iban a usar sus pequeños para entrar y para salir. Ahora tendrán que hacer nuevos hábitos a la hora de esperar. Pero, en general, todo el mundo está contento, comentan desde la dirección del colegio, desde la que anunciaban una próxima jornada de puertas abiertas para las familias.

La diferencia con el centro que acaban de dejar es notable, recuerda alguna de las madres. ¿A los chavales les gusta? Ayer, los de las clases interrogadas por este diario (segundo y sexto) decían que sí, aunque algunos de los más pequeños, ya por la tarde y con la vuelta de las vacaciones a la espalda, estaban tan cansados que apenas podían contestar. Hoy, ya, más normalidad aún en el cole.