El particular duelo de los Aginagalde

Gurutz le lleva cinco años a Julen. Uno es el capitán del Naturhouse y testigo directo del meteórico ascenso de este equipo que hoy jugará la Copa Asobal; el otro es una figura del balonmano español y está nominado a mejor jugador del mundo, junto a otras cuatro figuras de la talla del danés Mikel Hansen. Ambos se encontrarán en As Travesas defendiendo las camisetas del Naturhouse, el mayor, y la del conjunto madrileño.

Fue Gurutz quien empezó a jugar al balonmano en Irún. Julen le seguía los pasos, iba a sus partidos y se enganchó. «El que jugara de pivote fue una pelea bastante dura. Le veíamos que era fuerte y con buenas manos y que iba a poder jugar de pivote, pero hubo unos años que jugó de primera línea para tener mayor movilidad de piernas», recuerda Gurutz.

En Irún jugaron juntos cerca de un lustro. Gurutz decidió marcharse a Logroño y un año después el menor de los gigantes hermanos fichó por el Ademar. «Nunca le he podido ganar un partido; mañana (por hoy) será el primero», recalcó Gurutz. «Espero que no y que siga por mucho tiempo así», contestó su hermano en medio de la pista de As Travesas de Vigo, mientras los Aginagalde intercambiaban saludos con el resto de compañeros de profesión.

Los porteros estudian a través de vídeos a los lanzadores del equipo rival. Y que el que esté enfrente sea tu hermano no cambia en nada para Gurutz. «Julen ha evolucionado mucho en su lanzamiento. Ahora tiene una calidad tremenda», indicó.

Para Julen es una «alegría» enfrentarse a su hermano en una competición como la Copa Asobal, a la que llegan los cuatro mejores. «Tengo un gran recuerdo de los primeros años de balonmano. Yo empecé a jugar por él, luego jugamos juntos y la vida nos separó: él se fue a Logroño y yo a León. Y ahora estamos peleando el uno contra el otro. Es una alegría», resumió. Lo que ninguno de los dos aclaró es con quién irán los padres de los Aginagalde, pero eso queda en casa.