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PILAR HIDALGO valleiregua@larioja.com
Sábado, 1 de diciembre 2012, 01:46
Magistrales, Amigos, Ejemplares, Sinceros, Tenaces, Responsables y Orgullosos de sus pueblos y alumnos. Esto y mucho más son los maestros, como lo evidencia la primera letra de estos adjetivos que componen la palabra.
Así lo puso de manifiesto ayer Alejandro Esteban Pisón, quien actuó de portavoz de todos ellos durante la VI Jornada de la Experiencia Docente, que sirvió para reconocer la inmensa labor en las aulas que han realizado los 106 docentes que se jubilan en este 2012 en La Rioja.
Tras «48 años, 11 meses y 11 días», este maestro del colegio de Murillo de Río Leza guardó cartera y carpetas creyendo haber asistido a pie de pupitre al cambio vertiginoso de un país y de su educación. «Cuando empecé a trabajar yo pagaba la tiza, repartía leche en polvo americana y no había más libro que la Enciclopedia. Ahora en clase tenemos pizarras digitales y tablet», comentó para ilustrar tamaño salto. Por eso, pese a que la profesión celebró ayer una de las festividades de San José de Calasanz, patrón de los maestros, menos ilusionantes por los recortes que afectan al sector, Alejandro derrochó optimismo afirmando que este país encuentra en el alumnado «garantías de futuro».
El presidente del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz, cogió a continuación el testigo de Alejandro para agradecer a los 59 hombres y 47 mujeres que se retiran este año de la docencia su «trabajo y esfuerzo para dedicarse a formar al capital humano de La Rioja». Flanqueado por el consejero de Educación y Cultura, Gonzalo Capellán, y el director general de Educación, Abel Bayo, remarcó que «no destinar recursos a la educación, independientemente de la situación en que estemos, supone no pensar en el futuro». Aunque también abrió un inciso para trasladar que añoraba «una mayor educación en valores».
Muchos compartieron este parecer del presidente regional. «Habría que potenciar más el trabajo y el esfuerzo en los niños, que es lo que más se ha perdido en este tiempo», planteaba Amadeo Ruiz, con 23 años de trayectoria en el Sancho III, de Nájera, y cinco como profesor de Matemáticas en el IES Comercio.
Conchi Guerra, profesora de Informática en este último centro de Logroño, brindaba por las satisfacciones que le había dado la docencia. «Me siento una privilegiada. Al cogerles al final de su periodo formativo, he recogido todo el trabajo de otros profesores y siempre hay algún grupo que agradece lo que has hecho por ellos». Y eso, pese a que todos coincidían en que cada vez cuesta más ganarse la atención de los alumnos. «Antes, la enseñanza era más repetitiva y metódica. Ahora se apoya más en los medios audiovisuales y los chicos están más pendientes de la tecnología», explicaba Amadeo.
Pero todos se sentían muy orgullosos de haber elegido esta profesión. También el alcalde de Calahorra, Francisco Javier Pagola, uno de los que acudió al acto para recibir el homenaje en reconocimiento a los 22 años que dedicó a la enseñanza hasta que pidió la excedencia para ejercer como primer edil.
Representantes de ANPE-Rioja se movilizaron al término de la ceremonia para exigir que el trabajo docente no pierda su «dignidad».
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