«Sufrimos, pero todos arrimamos el hombro»

Un partido brillante hace que la vista se fije en algún jugador en particular, aunque el mérito, en un deporte como el balonmano, siempre es colectivo. Hugo lo tiene muy claro y habla siempre en primera persona del plural. Una vez digerido el estreno europeo ante el Vojvodina, el jugador zurdo analiza con sosiego sus sensaciones para el futuro inmediato del equipo.

- ¿Cómo fue el postpartido?

- Tranquilo. Terminamos muy contentos, eso sí, y con una renta de nueve goles, pero nadie lanza las campanas al vuelo porque tenemos asumido que el partido de vuelta será muy complicado y allí apretarán. Además hay que pensar en qué tipo de arbitraje podemos vivir. Son muchas cosas.

- Da la sensación de que nueve goles puede estar muy bien.

- Fue la diferencia máxima y llegó, además, al final. Pero en el segundo tiempo se nos colocaron a dos y siempre hay que tener mucho cuidado. Que la máxima renta llegara al final está muy bien, pero debo admitir que cuando se pusieron cerca pensé que allí iba a ser muy duro.

- Y Jota les advirtió de que había que tener cuidado con las sumas y las restas de los goles, que había que tener la cabeza en su sitio.

- Es cierto, nos dijo que no nos obsesionáramos con los goles.

- ¿Terminó todo el mundo sano? Casi es una pregunta obligada.

-Yo creo que sí, pero igual voy a entrenar y me encuentro con alguna sorpresa. No lo sé.

- Cuando se gana todo duele menos, ¿no cree?

- Es verdad, el ánimo te alivia muchos dolores, pero bueno, ahora no tenemos ni tiempo para pensar porque el calendario es terrible.

- A dos partidos por semana.

-No nos da tiempo para pensar, es una cuestión de confianza. El miércoles, contra el Granollers, luego la vuelta en Serbia, la Copa del Rey, CAI, Barcelona y Ademar...

- Casi nada. Que el cuerpo aguante.

- Todos arrimamos el hombro porque el próximo partido va a ser complicado. Hay que pensar que el Cuenca ha ganado y nosotros queremos seguir delante.

- El sábado hizo un partidazo, ¿cómo lo sintió usted?

- Contento. Me siento cómodo defendiendo con intensidad y a todos nos gusta lanzarnos al contraataque.

- Hablando de defensa, el 5-1 se les atragantó un poco a los serbios.

- Es verdad. Es una decisión arriesgada y este año no nos hemos empleado demasiado porque estamos como estamos, y es que defender en 5-1 es muy exigente, implica mucho desgaste y reclama mucho control y entrenamiento.

- Bien, bien, pero confiese, nueve goles son nueve soles.

- En Europa pasan cosas raras. En una eliminatoria recuerdo que fuimos a Rusia con siete de ventaja y nos ganaron por ocho. Mira, hasta que no juguemos allí 60 minutos y salvemos la ronda no me voy a quedar tranquilo.