«En Europa nada es suficiente»

Jota González no es un hombre dado al optimismo en esto del balonmano. Ni siquiera cuando encara una eliminatoria con una renta de nueve goles. «Yo creo que nueve goles no son suficientes», decía tras el partido. «Es una buena renta, eso está claro, pero me ha parecido un buen equipo».

Y es que el técnico del Naturhouse tenía buenas palabras para su rival. «Es un conjunto muy completo, con pivotes fuertes, buen tiro exterior, que saca muy rápido y sube veloz a la contra...».

Y además, hay que contar con el plus de cancha ajena, y más si esa cancha es balcánica. «Quiero ver ese 6-0 en Serbia. Tienen una defensa muy dura, no nos íbamos en el uno contra uno nunca». Así que, sí, nueve goles son mejor que ocho, pero «en Europa nada es suficiente». «Ahora», decía, «va a ser cosa de mentalidad, de saber estar allí, con una presión multiplicada por diez».

Momento clave

El partido había comenzado bien, reconocía Jota. «Nos hemos ido hasta de cinco goles, pero luego nos han empatado, por sus méritos y porque hemos fallado muchas situaciones muy claras». «La suerte», decía Jota, «ha sido el arreón final, cuando hemos cambiado la defensa del 6-0 al 5-1».

Pero el momento clave no ha sido ése, sino que ha estado, según Jota, en la segunda mitad. «Se nos han acercado, y creo que nos hemos venido arriba por casta».

«Les he dicho en el vestuario que así sí somos un verdadero equipo. Hemos tenido una defensa extraordinaria, robando, quitando balones en bote, provocando faltas en ataque, precipitando sus pasos...». Y es que, decía el entrenador pucelano, «al final la gente ha hecho un esfuerzo de diez, y se merecen un diez todo ellos».

Un equipo distinto

La eliminatoria tenía una dificultad añadida para el Naturhouse: la Vojvodina había cambiado de entrenador días antes del partido, y no había ningún informe sobre cómo jugaba el equipo serbio. «La verdad es que han ido cambiando», explicaba el técnico. «Al principio han jugado como sabíamos que jugaban antes, pero luego han ido cambiando. Pero nuestro balonmano debería ser independiente del rival».