El triunfo, para el más 'listo'

Una pillería de jugador con experiencia dio definitivamente con la resistencia del Alfaro en la eliminatoria que ha disputado ante el Montuiri, de la Tercera División balear. Gilardoni colocaba el balón para sacar una falta desde la frontal cuando vio a los alfareños distraídos montando la barrera. Lanzó junto al poste y Picuchos, que, hasta el momento, había salvado al equipo de recibir más goles en varias intervenciones de gran calidad, sólo pudo recoger el balón de las mallas. Era el 1-2, en el minuto once de la prórroga, que dejaba en la estacada al conjunto riojano y daba el pase a los mallorquines.

El Montuiri fue mejor, tuvo más ocasiones, se mostró con más hechuras, pero también contó con la colaboración arbitral, cuando en el minuto 53, justo antes del tanto del empate, Israel era zancadilleado por Pomar en el pico del área grande. Era una jugada sin peligro, pero la falta existió, y dentro del área. Mucho más flagrante fue el que le hizo Manresa a Iñaki Toledo en el minuto 80, y lo peor es que el colegido estaba encima de la jugada. No quiso señalar la pena máxima que hubiera podido significar el dos a uno y la eliminatoria para los alfareños. Fueron dos errores claros , que añadidos a otros a lo largo del encuentro dan en muy mala su actuación.

Colocación contra velocidad

El Alfaro supo poner el partido a favor en el primer tiempo. El Montuiri, muy bien colocado, dominaba el juego estático y sobre todo la parcela central del terreno de juego. Sin embargo, los alfareños hacían daño cuando robaban el balón y montaban unas contras que siempre llevaban peligro.

Picuchos empezaba a ofrecer su recital de paradas en el minuto 25, al sacar con el pie el disparo de Lucas Pou que se había ido en velocidad, a pase de Sergi. En el 36, Toledo contestaba con un disparo cruzado al que respondía Octavi sacando una mano providencial.

Y en el minuto 39, Félix del Puente robaba un balón se metía en el área y se dejaba atrás a todos sus rivales para marcar el tanto que ponía en franquicia a los locales. Era un gol que situaba al Alfaro en la siguiente eliminatoria.

Cayó el ritmo

Pero en el segundo tiempo cambiaron las tornas. El Montuiri dejó al Alfaro el centro del campo y empezó a jugar a la contra. Tras el penalti no señalado sobre Israel, Aitor cogió un balón en el centro del campo y se fue, en velocidad, directo hacia Picuchos, batiéndole por bajo en su salida. Era el empate.

El Alfaro empezó a flaquear en el aspecto físico. Ya sólo llegaban tres jugadores al área contraria, donde se encontraban con hasta siete rivales. Pero lo peor es que la contra que montaban tras hacerse con el balón llevaban siempre peligro.

Hasta el segundo penalti hubo que anotar tres intervenciones decisivas de Picuchos, sobre todo a lanzamientos del recién incorporado Nevado, que llevó mucho peligro. En la última ocasión del tiempo reglamentario, Picuchos tuvo que sacar un balón que iba a la escuadra, y a continuación fue Iván Sastre el que salvó bajo los palos el cabezazo del omnipresente Nevado.

El Montuiri jugaba mucho más a gusto que un Alfaro en el que sus hombres ya no llegaban al balón como en el primer tiempo. Sobre todo, a la hora de defender, eran presa de una mayor velocidad rival.

La prórroga comenzó con otro paradón de Picuchos y el gol que rompió el partido vino en una jugada tonta. Falta al borde del área, Gilardoni fue el más listo y marcó cuando se estaba colocando la barrera. Leves protestas locales y gol que sube al marcador. Punto y final, porque el único equipo al que todavía le quedaba resuello era el mallorquín. Así se apreció en el último gol, que marcó Gilardoni después de que Nevado se fuera de todos y centrara hacia atrás hasta en dos ocasiones. El esfuerzo había sido mayúsculo pero sin recompensa. Final triste para una gran temporada blanquilla.