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Gaby Aragón está en Logroño hasta el lunes con el Circo Alegría, donde encabeza cartel junto a su hermana Lara. :: MIGUEL HERREROS
«Me hubiera gustado subir al trapecio, pero tengo vértigo»
GENTE CON CLASE

«Me hubiera gustado subir al trapecio, pero tengo vértigo»

Gaby Aragón Payaso

ESTÍBALIZ ESPINOSA

Sábado, 10 de marzo 2012, 01:54

Es hijo del recordado Gaby de 'Los payasos de la Tele' y sobrino de Fofó y Miliki. Estos días se encuentra en Logroño con el Circo Alegría, donde encabeza el cartel junto a su hermana Lara.

-¿A qué edad pisó una pista circense?

-Como profesional, con catorce años. Pero desde que teníamos un año nos sacaban a la pista y, si nos manteníamos de pie y no salíamos corriendo, decían que teníamos esa genética para ser payasos. Cuando decidimos dedicarnos a ello, nos preparamos con cursos de arte dramático, acabamos las carreras de música...

-Su padre, Gaby, era el más musical de los hermanos.

-Los tres. Papá era realmente violinista y todos lo conocéis con el saxofón. El tío Miliki es pianista y tocaba el acordeón. Y Fofó cantaba las canciones, pero realmente era concertista de guitarra clásica.

-¿Todos los hermanos tenéis carrera musical?

-Todos, los cinco. De hecho, Lara y yo utilizamos la música para el humor, y Rodrigo, Gonzalo y Alonso tienen un grupo musical que se llama 'Alarmantiks'.

-En un momento dado fuisteis 'Los Gabytos'.

-Durante 20 años. Pero hubo un momento de crisis en el circo, y todo ser humano tiene que vivir. Ahora, mi hermana y yo hemos retomado el proyecto, con el que llevamos dos años y medio, y felices de la vida.

-¿Es un payaso clown -como su padre-, augusto o contraugusto?

-Yo soy augusto, Lara sería el clown y el contraugusto, mi cuñado Ángel, 'Pimpollo'.

-Supongo que para hacer reír hay que saber reírse de uno mismo.

-Sí. Yo lo hago todos los días y me gustan mis defectos sanos.

-Dígame alguno.

-Mi peso y también me río de lo feo que me pongo en el espejo cuando hago muecas.

-Para encontrar el origen de la saga Aragón hay que remontarse al siglo XIX y a su bisabuelo Gabriel Aragón Gómez, el Gran Pepino, que un buen día se enamoró del circo y de la amazona equilibrista Virginia Foureaux. Debía ser una mujer de armas tomar...

-Imagínate, para tener luego 16 hijos... La verdad es que él era seminarista. Una tarde fue al circo con los amigos, vio a Virginia y se le salieron los ojillos. Ahí decidió colgar los hábitos, se presentó en el carromato de Virginia y le dijo: «Me he enamorado de usted y quiero pedir su mano» y ella le respondió: «Yo sólo me casaré con el mejor payaso del mundo». Entonces él empezó desde lo más bajo del circo, siguió aprendiendo y acabó convirtiéndose en el mejor payaso del mundo.

-Su novia también actúa en el circo.

-Sí. Es una chica rumana que vino aquí de bailarina y me pasó como al Gran Pepino, la vi bailar y se me salieron los ojos.

-¿Su número circense favorito?, y no me diga los payasos.

-Evidentemente es lo mío, pero siempre he tenido la espinita de subirme al trapecio volante. El problema es que tengo vértigo.

-Y de la inolvidable banda sonora que su padre y sus tíos pusieron en nuestra vidas, ¿con qué tema se queda?

-Con 'Susanita', no ya por la letra, sino por la armonía.

-¿Dónde echa raíces un payaso?

-En la pista del circo.

-¿Continuará la saga Aragón bajo la carpa circense?

-Espero que sí. Ahora mismo los pequeños están estudiando, pero a nivel de música y comicidad ya apuntan maneras.

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