Tondeluna se estrena en Madrid

Bajo el título 'Cocinamos los espacios', Francis Paniego, del restaurante Echaurren de Ezcaray, participó ayer en 'Madrid Fusión' para presentar su nueva iniciativa, Tondeluna. Un gesto que esta feria tiene sólo con los restaurantes más novedosos e innovadores que se presentan cada año, y que contó con gran éxito de público.

«Que hayan premiado a Tondeluna como espacio más novedoso, más innovador, como restaurante más vanguardista en cuanto a concepto arquitectónico es importantísimo, estoy contentísimo», afirmó el cocinero ezcarayense. Al comenzar a elaborar el proyecto nunca pensaron sus impulsores, admitió Paniego, que a los ocho meses de abrirlo iba a tener la oportunidad de presentarlo en 'Madrid Fusión'. «Es un éxito que supera totalmente cualquier expectativa», recalcó el chef riojano ayer en Madrid.

«Tondeluna -explicó Francis Paniego- es un restaurante absolutamente informal, algunos incluso lo han llamado la taberna del siglo XXI». «Es un concepto muy innovador -detalló- que se compone de seis mesas largas, que se comportan como si fueran seis barras de bar y en las que se comparte el espacio».

Es decir, añadió Paniego, «tiene la personalidad de un bar, donde te puedes comer unos pinchos, un menú largo o estrecho, o tomarte un postre sin más».

En definitiva, resume Paniego «el comensal elige, no hay ninguna regla escrita», algo que según el responsable del Echaurren, indica por dónde irá el futuro de la restauración. «Actualmente un restaurante tiene que ser un espacio mucho más abierto, mucho más dinámico, mucho más libre que lo se entiende por tradicional», detalla Paniego. Un concepto que parece que va por buen camino, porque en tan sólo estos ocho meses desde que Tondeluna abrió sus puertas ya han servido cerca de 14.000 comidas.

Tondeluna, regentado por la mujer de Francis Paniego, Luisa Barrachina, ofrece precios asequibles, con una media que ronda los 25 o 30 euros, y cuenta con una carta de vinos de unas 40 referencias que varían con cierta asiduidad. «Es un restaurante muy libre desde todo punto de vista, es un espacio muy distinto, y estoy muy contento de lo que ha supuesto», remarca el chef riojano.

Trozo de Ezcaray en Logroño

La idea original del Tondeluna «era llevar un trocito de Ezcaray a Logroño», desarrollando una especie de bosque, cuyos colores representan los colores de las cuatro estaciones y donde no hay un solo material que no sea biodegradable. «Tratamos de que el concepto restaurante trascienda más allá de lo que es un restaurante, nos apetecía llegar más allá, hay un compromiso social tanto con el medio ambiente como con la gente que nos rodea», explica Paniego.