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Un grupo de turistas se fotografía desde la isla italiana del Giglio, la zona donde permanece encallado el 'Costa Concordia'. :: VINCENZO PINTO / AFP
La naviera y el capitán se enzarzan
MUNDO

La naviera y el capitán se enzarzan

La Fiscalía indaga si Schettino quiso lucirse al timón ante la joven moldava que estaba en el puente

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ CORRESPONSAL

Sábado, 21 de enero 2012, 02:11

La búsqueda de responsabilidades en el desastre del 'Costa Concordia', el crucero naufragado el 13 de enero en Italia con más de 4.200 personas, ha llevado a la ruptura entre el comandante, Francesco Schettino, y la compañía Costa. No se sabe aún toda la verdad, y si la culpa solo es del comandante o el armador también intervino en las erróneas decisiones posteriores al choque con un arrecife, pues hablaron hasta tres veces y pasó más de una hora hasta dar la alarma. Pero lo cierto es que la naviera ya ha optado por cargar el muerto exclusivamente a Schettino y este no parece dispuesto a asumir toda la responsabilidad. Los cruces de acusaciones han comenzado. Entre tanto, ayer se pararon las labores de rescate porque el buque sigue moviéndose -a 7 milímetros por hora-, con el riesgo de que se hunda al llegar a un escalón cercano de 70 metros y cause una catástrofe ecológica.

Costa Cruceros suspendió al controvertido comandante el jueves y se personó en el proceso como parte civil dañada, y ayer su presidente, Pier Luigi Foschi, se explayó por primera vez en el Corriere della Sera. Hay varias frases decisivas: «El retraso en dar la alarma es injustificable»; «Si hubiéramos abandonado antes la nave no habríamos perdido vidas humanas»; «No creo que Schettino haya sido honesto con nosotros, pero no tengo elementos para decir si estaba lúcido»; «Las razones por las que abandonó la nave deben aclararse, aunque si es verdad que se cayó a un bote podía haber intentado volver a subir».

«Si he cometido un error asumiré mi responsabilidad, pero antes se deben determinar esos errores», replicó el comandante a través de su abogado, frase que parece indicar que algunos no son suyos. Él ha admitido su culpa en el choque, fruto de una aproximación temeraria a la costa como homenaje a un amigo. O, según estudia la Fiscalía, quizá por su afán de lucirse al timón, tal vez tras haber bebido, según sostienen testigos del restaurante. Es en esta hipótesis del alarde de presunción donde es importante determinar el papel de la famosa rubia que estaba en el puente de mando, la joven moldava Dominica Cemortan, de 25 años. Por eso Schettino quiso precisar ayer que no estaba allí en el momento del choque.

El comandante también replicó que informó a la compañía de inmediato «del problema de la nave». Aunque su abogado no ha detallado qué dijo. Porque puede ser que mintiera, como hizo luego con la Guardia Costera al responder que se trataba solo de un problema eléctrico. Es más, el apagón fue la explicación que se dio al principio a los pasajeros por megafonía. Un vídeo divulgado ayer, grabado por un viajero, muestra a una de las azafatas diciendo que no pasa nada y que todo el mundo debe volver a su camarote. Otra confirmación de esta directriz llegó ayer, inesperadamente, de la joven moldava, que dio una entrevista para explicarse. Negó ser la amante del capitán, como se ha insinuado, y que cenara con él. Asegura que, como empleada en vacaciones, lo hizo con varios oficiales y que Schettino solo pasó un rato por el restaurante. Tras el choque subió al puente de mando para traducir al ruso los mensajes al pasaje. ¿Qué dijo? «'Volved a las cabinas, es solo una avería eléctrica'. Lo habré dicho una docena de veces».

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