Al servicio de los más necesitados

De un tiempo a esta parte, los alfareños conocen más de cerca la labor que sus vecinos misioneros regalan por todo el mundo. Y con ese conocimiento, ellos, los misioneros, sienten con aun más fuerza el calor de sus vecinos. Ese es uno de los objetivo de la asociación Alfajóresis, estar en contacto con los misioneros, compartir sus informaciones con los alfareños y realizar actividades con las que aportar fondos a sus objetivos. En la tarde del pasado sábado, y promovido por Alfajóresis, decenas de vecinos compartieron en el salón del antiguo Ayuntamiento un café-tertulia con Tere Fernández, misionera alfareña que cumple cuarenta años de labor y educación entre los más pobres y desamparados de Venezuela.

En una tarde llena de emoción, Fernández relató a sus vecinos su tarea en el país sudamericano, centrándose en los últimos 18 años en el barrio de Buenavista. Una zona que acoge a 50.000 habitantes en un peligroso cinturón industrial asaltado por la violencia y el tráfico de drogas. Un lugar al que llegan gentes analfabetas de las zonas agrícolas sin ningún recurso y con todas las necesidades.

Formada en Magisterio, esta alfareña se lanzó a dar educación como modo de dar vida a los más desfavorecidos. Con ironía relató cómo el Gobierno venezolano la destinó a dar clase a «niños poderosos». Ante su negativa para cumplir su deseo de estar al servicio de los más pobres, tuvo que empezar desde cero, impartiendo educación bajo las sombras de árboles o en habitaciones prestadas. Hoy, más misioneras se han sumado a su objetivo y cuentan con un colegio en el que dan educación y alimentación a 120 niños.

En el ecuador del encuentro, Alfajóresis le nombró 'socia de honor' de la asociación, entre el aplauso de los presentes. Otro misionero -en México- y socio de honor de Alfajóresis, Roque Grández, participará próximamente de un encuentro similar dada su actual visita a España.