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TERI SÁENZ esaenz@diariolarioja.com
Jueves, 17 de noviembre 2011, 02:05
Se avecinan tiempos de coraje y valentía donde no valdrán las medianías, pero el país dispone de la capacidad para superar esta situación de la mano del PP como ya lo hizo en 1996. Sobre ese mensaje construyó el presidente de honor del partido, José María Aznar, la intervención ofrecida ayer en el polideportivo de Las Gaunas ante unas 3.500 personas según la organización y en la que vaticinó que Mariano Rajoy tendrá detrás el 20-N a «millones de españoles» que le darán una mayoría fuerte para «arreglar» la situación heredada por los socialistas. «No es un mensaje de pesimismo, sino de realismo», matizó para subrayar que esas «decisiones necesarias» que deberá tomar el nuevo Ejecutivo tendrán que ser, además, urgentes. «España no tiene tiempo ni nos lo van a dar», aseguró. Y de lo que también carecerá es, a su entender, de ayuda externa. «Tenemos que volver a hacer los deberes que otros se han olvidado, porque no va a venir nadie a hacerlos por nosotros», añadió. En otras palabras y como describió gráficamente: «Hay que remangarse y empezar a trabajar desde el minuto uno para salir del lío en que nos ha metido el PSOE».
El expresidente del Gobierno que el PP vienen ensalzando durante toda la campaña como el ejemplo de cómo el partido ya pudo en su momento enmendar una exigente coyuntura económica, puntualizó que, en todo caso, la situación de entonces no es análoga a la actual. «Es gravemente peor», reflexionó. «Había más España, mejor ambiente; se pudieron cometer errores, pero no se había hecho el daño al país que los socialistas han cometido durante estos últimos ocho años».
Para remontar la crisis con la «experiencia y liderazgo» que ya ha demostrado el PP será preciso, según Aznar, fortalecer un puñado de conceptos básicos tales como la ambición y los proyectos compartidos, el Estado ahora debilitado por la gestión de Zapatero/Rubalcaba, el esfuerzo -«saber que a las gasolineras sólo se va a echar gasolina», ironizó en referencia a la polémica que rodea al portavoz gubernamental-, el prestigio de país y, sobre todo, la seguridad.
Aznar abrió aquí un apartado dedicado a ETA. «No hay que caer en ninguna trampa», prologó su reflexión alertando de que, aunque la banda terrorista esté operativamente derrotada y haya decidido cambiar de estrategia no ha variado sin embargo de objetivos. «No es lo mismo ser un criminal que una víctima, no todas las ideas son iguales porque las que tratan de acabar con la democracia no son válidas». Y recalcó poniendo por encima de todo el cumplimiento íntegro de las penas y la Ley de Partidos que nunca debió permitir la legalización de Bildu: «No hay que pagar ningún precio; ellos son los que deben pagar por lo que han hecho».
Para subsanar la «dramática crisis», Aznar instó al nuevo Gobierno a tomar la iniciativa. Ello exige una «mayoría fuerte» para Rajoy, a la cual se mostró convencido de que contribuirá La Rioja. «El tercer diputado está en la mano y lo vamos a conseguir», animó a la audiencia. «Es tiempo de patriotismo».
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