La Rioja admite su delicada salud financiera, pero descarta el colapso

A la espera de conocer detalladamente el plan de ajuste de la Comunidad que el presidente de La Rioja, Pedro Sanz, presenta hoy en el Parlamento, la situación financiera de La Rioja no deja de ser delicada, aunque, según el director de la Oficina Presupuestaria del Gobierno regional, Francisco Rojas, «es bastante mejor que la de otras regiones», que en algunos casos ya han reconocido que no tienen capacidad para tapar 'agujeros'. Rojas descarta, al menos de momento, la posibilidad del colapso financiero, aunque admite que, «sobre todo por una cuestión estratégica», el endeudamiento a corto plazo ha sufrido un incremento muy significativo en los últimos meses.

En este sentido, la tesorería de la Comunidad Autónoma (el fondo de maniobra para el pago a proveedores) ha pasado de junio del 2010 a junio del 2011 de incluir un déficit en las cuentas de crédito de 8 a 140 millones de euros en el último año (casi el presupuesto de todo el año del Ayuntamiento de Logroño), es decir, se ha multiplicado por 16.

La explicación ante este incremento, aparentemente alarmante ya que pudiera hacer pensar que no hay recursos para atender las obligaciones de pago, tiene que ver con las dificultades de encontrar financiación a largo plazo: «Junio es un mes que supone habitualmente un pico, por hechos como que llevamos financiando prácticamente la Justicia desde enero y recibiremos la compensación más adelante, o que adelantamos el 80% del IBI a los ayuntamientos, que también recuperaremos luego». «Pero, además -continúa-, estamos utilizando estos recursos de forma estratégica, ya que, y especialmente en junio, acudir al mercado internacional de deuda, con la situación de incertidumbre internacional y más acusada en el caso de España, supondría hipotecar a medio o largo plazo a la Comunidad y aceptar unas condiciones para mucho tiempo que no parecen aconsejables».

En este sentido, el director de la Oficina Presupuestaria del Gobierno regional señala que «los créditos a corto nos ofrecen ahora mismo condiciones más ventajosas en tipos de interés y, sobre todo, no nos comprometen». Rojas admite que es la deuda actualmente la que está soportando las necesidades de tesorería, pero afirma que «la situación es la que es, y lo es así para todos, con un problema muy serio tanto de liquidez como de déficit».

La caída de los ingresos por el estallido de la actividad constructora y del consumo en general; los desajustes por la merma de la recaudación general tributaria -incluida la obligación de devolver al Estado las cantidades percibidas de más en las entregas a cuenta-; la multiplicación de los abonos de intereses por la deuda contraída, tal y como publicada hace unos días Diario LA RIOJA, y la no contención, al menos en la medida exigida por las circunstancias, del gasto corriente hacen que la Comunidad Autónoma no sea ajena al entorno.

La Rioja reconoció en junio pasado ante el Banco de España 910 millones de deuda -cifra que se acerca ya al Presupuesto de todo un año de la Comunidad Autónoma-, entre los que se incluyen los 140 adeudados a corto plazo en cuentas de crédito. La clave está en si las entidades financieras van a seguir confiando en esta estrategia: «Por el momento, damos todas las garantías, pero a nadie se le escapa que no fluye el crédito y que la deuda regional está penalizada». «De todas formas -continúa- el grifo no está cerrado y posiblemente sigamos aumentando las cuentas de crédito», explica el director de la Oficina Presupuestaria.

Así, a finales de junio de este año, la situación de tesorería reflejaba un balance preocupante, con siete cuentas de crédito abiertas con distintas entidades financieras que, en su conjunto, suman una deuda a corto plazo de más de 140 millones de euros. En la misma fecha del año pasado, las cuentas de crédito eran cuatro por una cantidad negativa de 8 millones.