La brasileña Souza ficha por Haro y Barros rehúsa incorporarse al Murillo

El Haro Rioja Voley ya cuenta con su novena jugadora para la próxima Superliga. El club llegó ayer a un acuerdo con la brasileña Beatriz Mariano de Souza, una opuesta de 30 años y 1,82 metros que procede del equipo Livo PMI Unimed de Brasil. Souza jugará en Haro su primera temporada en España, aunque antes ya ha jugado en Rusia y Suiza. Además de opuesta puede jugar de receptora ya que la práctica del voley-playa le ha aportado mucha versalitidad. Para Manuel Berdegué, entrenador del Haro Rioja Voley, Souza «es una jugadora completa y con experiencia».

«Espero que nos ayude aportando versatilidad a nuestro juego ya que está acostumbrada a asumir con frecuencia la responsabilidad de los puntos decisivos», declara Berdegué, y añade: «Nos viene muy bien para complementar nuestra plantilla». Souza puede ser uno de los últimos fichajes del club, que ya ha dejado entrever que para esta temporada contará con una plantilla corta. En la órbita del Haro también está la jugadora de Barbados Anicia Wood, del Castellana Grotte de Italia.

Barros no viaja

Por otra parte, mientras llega una nueva jugadora carioca a La Rioja, otra que aún no había llegado ha cancelado su fichaje. Ni tres meses le ha durado al Nuchar Eurochamp Murillo su compromiso con la central Paula Barros, que el pasado 28 de septiembre comunicó al club riojano su decisión de no viajar a España. «La jugadora argumenta su renuncia a venir a Murillo por problemas de salud, diagnosticados en un reconocimiento médico realizado durante los trámites del visado», explica Carlos Arratia, entrenador del Nuchar Eurochamp.

El Murillo, que había cerrado ya su plantilla, se ve obligado ahora a buscar una nueva jugadora. El contratiempo trastoca la planificación del equipo, que ya ha comenzado la pretemporada. Por otra parte, Arratia afirma que el fichaje de la otra brasileña, Roseane, sigue en pie. «La jugadora está a la espera de recoger el visado para volar inmediatamente a España», explica el técnico, que achaca estos inconvenientes a la «lentitud indignante» de los trámites burocráticos.