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J. ALBO
Miércoles, 28 de septiembre 2011, 11:51
El conductor y una técnico de ambulancia de ASISCAR y dos agentes de la Policía Local de Santo Domingo intervinieron el pasado lunes en el parto de una mujer marroquí que dio a luz junto al portal de su casa, en la calle Alfonso Peña, dentro del vehículo sanitario que iba a a trasladarle al centro de salud.
El relato de los hechos se remonta a las 11.20 horas de ese día, cuando la Jefatura de la Policía Local recibió un aviso del SOS Rioja relativo a un inicio de parto. Hasta el lugar indicado se trasladaron los agentes de la Policía Local, Pedro José Martín y Luis de la Rosa, a quienes en el portal de la vivienda aguardaba una vecina, también marroquí, que chapurreaba castellano y que les guió al domicilio de la parturienta.
Al entrar en él se encontraron con una joven de 28 años, tumbada en el suelo, que ya había roto aguas, presentaba fuertes contracciones y se encontraba muy pálida. No hablaba nada de castellano, pero a la vista estaba que aquello, más que el inicio de un parto, era su recta final. Rápidamente, los policías y el conductor de la ambulancia, Francisco Jiménez, bajaron en una silla a la mujer hasta la calle -no había ascensor- para trasladarla sin pérdida de tiempo al centro de salud.
Sin embargo, el niño estaba decidido a correr más que ellos y venir al mundo allí mismo. Viendo que el bebé empezaba ya a dejarse ver, uno de los agentes se ocupó de regular el tráfico mientras Jiménez, ayudado por el otro policía y la técnico de ambulancia, Sheila Arín, tomaba las riendas del alumbramiento.
Todo fue muy rápido, aunque, dentro de la ambulancia, los nervios producidos por la inesperada situación parecían frenar el avance de las manecillas del reloj. Sin embargo, en sólo «unos tres minutos», el vehículo tenía un nuevo y lloriqueante pasajero: un varón, en buen estado de salud, al que se trasladó al centro de salud. Allí aguardaban el médico y la comadrona que iban a asistir el parto, pero, como este se precipitó, el trabajo les llegó ya hecho.
«Fue algo más complicado que el anterior, aunque muy rápido», relató el conductor, comparando su experiencia del lunes con otra similar que vivió en el año 2008. Con alegría y humor, los cuatro protagonistas recordaban ayer su participación en una historia en la que -así son las cosas-, el final feliz lo escribió el llanto de un niño. Y lo de traer bebés al mundo se está convirtiendo ya en una rutina para la Policía Local.
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