Una pelea que ganó... la Cruz Roja

Pasan los años y todo sigue igual. Empieza la pretemporada, pasan los días, llegan los partidos... y el Naturhouse La Rioja se queda en cuadro. Como todos los veranos, la lista de la plantilla de Jota González es un poema: tocados, lesionados, golpeados y muy poquitos hombres de plantilla.

El año pasado el equipo riojano viajó a Francia, jugó un torneo (muchos partidos, pocos días) y volvió golpeado y dolorido. Este año el Natur lleva el mismo camino, pero cambiando Francia por Hungría. Los franjivino vencieron ayer su primer partido de pretemporada, cierto, ante el Tatabanya Carbonex, pero a cambio salen con seis jugadores de campo sanos, y de nuevo con la sensación de ser el equipo con peor suerte del mundo.

A saber: Jota llegó al partido sin los lesionados Kallman y Silva, y sin Nicola Prce. Todos ellos tienen molestias aparentemente no graves, pero de ésas que conviene dejar que se calmen, por si acaso. Las ecografías, menos mal, han salido limpias.

Pero es que durante el partido Víctor Hugo se resintió de su rodilla operada y prefirió parar. Jorge García Vega se hizo un esguince de tobillo y pronto dejó de jugar, aunque al final tuvo que hacer un esfuerzo en defensa ya que su equipo, sencillamente, no tenía más efectivos. Porque, mientras, Unai Arrieta se había llevado un golpe en la mano izquierda que le había dejado el pulgar como una bota, y Pedro Rodríguez, forzado a jugar como lateral derecho ante, de nuevo, la falta de efectivos, se había llevado un codazo en una costilla. Habrá que hacerle pruebas a ver si es sólo un golpe, o algo más.

Si a eso le añadimos que Rubén Garabaya fue expulsado con tarjeta roja, el cuadro que ofrecía el Naturhouse al final del encuentro no podía ser peor: tres porteros en el banquillo, y sólo seis jugadores de pista que debían jugar en defensa y ataque.

Descolocados

Eso significaba, por supuesto, que muchos de ellos debían colocarse fuera de puesto, como Miguel Ángel Velasco de esforzado pivote. Y que, en defensa, las cosas eran casi surrealistas: Jota iba jugando entre un 6-0 y un 4-2, colocando a sus jugadores para intentar descolocar al rival.

El Naturhouse, sin embargo, se llevó el partido. Probablemente porque, al fin y al cabo, sigue habiendo mucha diferencia de calidad entre la liga húngara y la española, y porque es de esperar que la conocida regla de que en Europa se barre para casa no funcione en los amistosos. Sea como fuere, el equipo de Jota mandó siempre en el marcador, gracias a un inspirado Sasha Tioumentsev y a la gran actuación de Jorge Martínez, que abortó la reacción final de los húngaros. El marcador llegó a estar 24-15 tras el 11-10 del descanso, pero al final los locales pudieron acercarse hasta el 27-23 final.

Tanta gente fuera de puesto hace que el encuentro no sirva de nada para la preparación. Y tanta lesión (aunque pudiera ser que todas fueran leves) vuelve a poner en riesgo el inicio de la liga.