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JAVIER CAMPOS jcampos@diariolarioja.com
Martes, 19 de julio 2011, 10:06
Decidido. El Ayuntamiento de Logroño no recepcionará las obras de adecuación y mejora del entorno de las calles Laurel, San Juan y aledañas después de las críticas suscitadas por una intervención que, adjudicada por 187.114 euros a la empresa Obenasa dentro del controvertido plan de dinamización enoturística de la capital, dista mucho de presentar la imagen prometida. «Podríamos admitir fallos en una de cada diez, pero no en nueve de cada diez como sucede», explica el concejal de Desarrollo Urbano, Pedro Manuel Sáez Rojo,
Placas de hierro y aluminio con motivos representativos de Logroño y La Rioja que no se distinguen, recetas de cocina que no se leen e informaciones sobre vitivinicultura imprecisas... Lo que se anunció como la mayor renovación estética de la historia de las calles Laurel y San Juan durante la pasada legislatura, definitivamente, se ha convertido en uno de los primeros quebraderos de cabeza para el nuevo equipo de Gobierno municipal.
Tanto que el mismo ya está manos a la obra y baraja restituir el adoquinado original de las vías afectadas «siempre y cuando» la empresa responsable de la ejecución de los trabajos no encuentre una solución a los defectos que presentan las placas. Al parecer, y según precisó a Diario LA RIOJA el mismo Sáez Rojo, todo respondería a un «problema técnico». Y es que, según puede leerse en un escrito remitido al Ayuntamiento por parte de la constructora y de la asistencia técnica de la obra, «las placas no se han oxidado de manera natural como se esperaba y no se ha podido finalizar con el acabado proyectado».
Pruebas en taller
La misma firma ya estaría trabajando en sus talleres haciendo pruebas para ver si mediante productos químicos pueden acelerar el proceso de oxidación y obtener de este modo el resultado adecuado en breve; sin embargo, el nuevo equipo de Gobierno municipal es partidario de poner plazo de consecución o, de lo contrario, restablecer el adoquinado a su estado original.
«Nuestra preocupación es recepcionar la obra correctamente ejecutada y ajustada a contrato, recibirla en las mejores condiciones, porque de lo contrario no podemos abonar lo que falta ni mucho menos liquidarla», sentencia Sáez Rojo, quien informa de que queda pendiente la certificación final de la misma pese a que, supuestamente, los trabajos ya han finalizado.
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