Legarra hace examen de conciencia y recoge el guante del diálogo de Sanz

La de Miguel González de Legarra fue una intervención conciliadora, sin reproches, salvo a sí mismo, a su partido y a los socialistas. «Qué mal lo hemos hecho, qué desastre de oposición hemos sido que hemos tenido los peores resultados a pesar de que creo que ésta ha sido la peor legislatura de Sanz». «Es usted -dijo mirando al entonces todavía candidato- el que nos tiene que felicitar por haberlo hecho tan mal». Se remontó a los tiempos de Sagasta para encontrar un político tan influyente como, dijo, «es ahora Pedro Sanz».

El líder de los regionalistas, en el que él mismo calificó de 'streaptease' político, se mostró confuso y confesó no haber entendido el mensaje de los 'indignados' pero tampoco el de quienes han dado la «mayoría absoluta más absoluta» al PP en La Rioja. En cualquier caso, pese «a que podía optar por relajarme, creemos que la indiferencia es la peor posición que podemos adoptar, porque es tan importante tener un buen gobierno como tener una buena oposición».

Del programa político desgranado por Sanz el martes, Legarra destacó lo que Sanz no mencionó. «No se refirió al abandono escolar, no dijo cómo iba a resolver el grave problema de las urgencias médicas y no citó el respaldo al sector público que nosotros defendemos», dijo. Cuestionó si la Comunidad Autónoma será el «gran Ayuntamiento» de la región o si realmente se va a impulsar la reforma del Estatuto, un compromiso que se arrastra desde el 2003.

Al igual que Aldama, Legarra animó a dialogar con el País Vasco y mostró su voluntad de apoyar al Gobierno regional en su larga lista de reivindicaciones a la Administración central. «Ahí nos tendrá para reivindicar», sentenció. Antes de concluir, recogió el guante del diálogo lanzado un día antes por Pedro Sanz, «porque creo que en estos momentos no podemos hacer otra cosa y sería imperdonable que al menos no lo intentáramos».