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TERI SÁENZ esaenz@diariolarioja.com
Miércoles, 22 de junio 2011, 14:15
El discurso de investidura del candidato del PP a la Presidencia del Gobierno de La Rioja no se salió ayer del guión de una declaración de las mejores intenciones, defensa a ultranza de los intereses de La Rioja y ajustes obligados por la crisis y la necesaria austeridad con dos objetivos innegociables: generar empleo para, como avanzó el PP durante la precampaña, reducir la tasa de paro en la región por debajo del 9% y situar a la región entre las 60 más avanzadas de Europa siguiendo las pautas del programa La Rioja 2020.
A diferencia de sus homólogos en otras comunidades a quienes les ha faltado tiempo para afilar la tijera del recorte, Sanz se mostró más contenido en sus previsiones ante el Parlamento al que solicitó su confianza. Entre otras cosas, porque «hemos practicado la austeridad durante estos años» y, por otra parte, «aquí no hay que desmontar una televisión ni una radio autonómicas porque no las tenemos, ni hay que quitar visas oro, ni eliminar la presencia de los miembros del Gobierno en consejos de administración remunerados». La reducción en la estructura del Gobierno riojano se ceñirá por consiguiente, según explicó durante el discurso que se prolongó durante una hora y 45 minutos, a lo ya anunciado: tres de las actuales diez consejerías. Eso sí, el líder del PP subrayó que el ajuste no será puramente formal, sino que supondrá la correspondiente mengua de secretarios, directores y subdirectores generales, además del personal eventual. En total, una supresión del 30% del Ejecutivo que se suma a la poda de altos cargos aplicada en el 2009 y que incluye otra novedad: la eliminación de una de las cinco empresas públicas existentes en la actualidad (La Rioja Turismo, Valdezcaray, Eccysa, IRVI y Ader-Infraestructuras) que seguirá el mismo camino de Prorioja hace dos años.
En esta misma línea, Sanz se comprometió a seguir reduciendo los gastos de representación y el número de vehículos oficiales -«de los no más de 16 que hay ahora se pasará a 14», recalcó- contener el gasto corriente y abundar en la eficiencia con el desarrollo de una central de compras conjunta. Asimismo, se limitarán los gastos de organismos, sociedades y fundaciones públicas, y serán los mismos directores generales quienes gestionen sus gerencias.
Para que esta política de contención no se confunda con un brindis al sol, el líder del PP anunció la creación en larioja.org de un 'Portal de la transparencia' que recogerá tanto el programa del Ejecutivo como su grado de cumplimiento, la ejecución del presupuesto, el cumplimiento del compromiso de estabilidad, las contrataciones y el registro de bienes y actividades de los miembros del Gobierno.
En todo caso, Sanz insistió en la tesis que de que la crisis a la que La Rioja no es ajena ha sido sobrevenida por la «desmesura, el desorden y la improvisación» de Rodríguez Zapatero con graves consecuencias como el «descrédito internacional, la atonía económica, casi cinco millones de parados, recortes en derechos sociales y la presencia de enemigos de la libertad en el País Vasco». «Llevamos cuatro años de crisis, pero sus efectos están más amortiguados aquí que en el resto del país», defendió refiriendo, como le gusta hacer, una batería de variables macroeconómicas como la tasa de paro en sectores clave, la variación del PIB o el nivel de las exportaciones soslayando, eso sí, otras menos favorables como el índice de deuda.
Restauración del consenso
Si austeridad resultó la palabra más recurrente durante la primera parte de la intervención de Sanz, las referencias al diálogo fueron la constante en el resto del discurso. «Quiero tender la mano a la oposición para hacer de ésta una legislatura memorable por la restauración de consensos», aseguró en lo que ha sido una de las piedras angulares de sus discursos de investidura precedentes y que llama ahora especialmente la atención después de una aplastante victoria en las urnas y de alcanzar un récord de 20 diputados. «Insistiré en ello cada día, en cada sesión, para que las estériles querellas o disputas partidistas no se conviertan en un problema más para los riojanos», añadió, calificando su propuesta de «diálogo constructivo, que no interesado» para espantar las dudas que podría generar esa postura en un presidente al que la oposición ha recriminado en los últimos 16 años su falta de sintonía para encontrar denominadores comunes.
En materia económica, Sanz hizo especial hincapié en lo que ha sido uno de sus arietes en relación a la política vitivinícola: la defensa ante Europa y también en clave doméstica del mantenimiento de los derechos de plantación y la reclamación del estatuto jurídico adecuado para el Consejo Regulador. Sanz apostó por ello en contraposición a «los continuos ataques del Gobierno central socialista» a los intereses del Rioja y la necesidad, como curiosamente destacó Mariano Rajoy durante su última presencia en Logroño, de recuperar el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Confianza y reivindicación
Hilvanándolo con esta llamada a la responsabilidad de Zapatero, el candidato del PP cerró su intervención abriendo un generoso espacio a las reivindicaciones al Gobierno central cuyas relaciones «no han sido fáciles» en los últimos años. Especialmente, en los «ataques frontales» que han representado episodios como el blindaje del Concierto Económico vasco, la defensa de las vacaciones fiscales o la marca 'Viñedos de España'.
Desde «la lealtad y la cooperación institucional», el mandatario riojano recopiló una batería de reclamaciones que incluyen desde la supresión del blindaje hasta una compensación en base al artículo 46 del Estatuto, la cesión al Gobierno riojano del edificio de la antigua sede del Banco de España, el desarrollo de las presas comprometidas u otros «clásicos» en materia de infraestructuras como el desdoblamiento de la N-232, la finalización de las obras de la N-120, la conversión de las AP-68 como ronda sur de Logroño construyendo tres nuevos que no eluden la liberación de la autopista comprometida por el PSOE o la aceleración de los proyectos para la llegada del tren de alta velocidad. «No permitamos que la desidia de un Gobierno central que no ha escuchado nuestras reclamaciones desde el 2004 consiga discriminarnos», propuso como clave para encumbrar la «confianza» como valor decisivo para ganar el futuro de La Rioja.
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