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El sueño del Naturhouse duró 47 minutos
Balonmano

El sueño del Naturhouse duró 47 minutos

Los de Jota, que lideraron casi todo el partido, caen frente a un Ciudad Real que acabó siendo intratable

MARTÍN SCHMITT mschmitt@diariolarioja.com

Domingo, 22 de mayo 2011, 12:39

El Naturhouse La Rioja se despidió de la temporada con una gran imagen, peleándole el partido a uno de los cuatro mejores equipos del mundo, como lo es el Ciudad Real. El conjunto franjivino cuajó los mejores minutos de toda la liga, sobre todo en el primer tiempo, y estuvo a punto de cumplir un sueño. Pero el gigante se despertó y, asestando un tremendo golpe en el mentón del rival, deshizo las ilusiones riojanas a trece minutos del final.

Pero esos 47 minutos anteriores fueron mágicos para los de Jota González. Con un Miguel Ángel Velasco despierto y muy activo, el CB Ciudad de Logroño manejó los tiempos a su antojo ante un Ciudad Real que tenía la mente en la Final Four del fin de semana que viene en la ciudad de Colonia (Alemania).

De la mano de Víctor Hugo López, que por fin pudo redondear un encuentro completo, y con un Javi Parra inspirado, en quizá el último partido del extremo como franjivino, los visitantes sacudieron a unos manchegos indiferentes e insulsos que parecían haberse quedado en el vestuario. Pero el Ciudad Real es lo que es, y gracias a un Jota Hombrados inspirado, fue construyendo contraataques que a la postre serían decisivos.

Pese a la reacción de los de Talant Dujshebaev, el Naturhouse siguió en el partido y no cayó en las lagunas que han tirado por la borda varios encuentros este temporada. Con una primera línea inspirada, el Ciudad de Logroño continuó machacando la defensa manchega, en la que se despedía Viran Morros, de discreto encuentro. Así, Velasco abría huecos para Sorrentino y Víctor Hugo López, y los laterales no perdonaban. Y cuando el 5-1 del Ciudad Real se lo impedía, la combinación con el pivote daba sus frutos.

Pero algunos soldados importantes en esta batalla se quedaron en el camino y el Ciudad Real se aprovechó de la situación. Rubén Garabaya y Alfredo Sorrentino quedaban tocados y el Ciudad de Logroño les empezó a echar de menos. Sin embargo, en esa primera parte, Rok Praznik y Ales Silva hacían frente a la adversidad. Creció en esos instantes la figura de Gurutz Aginagalde, mientras Praznik, Velasco, Ales Silva y Amargant ensanchaban las diferencias y permitían que los riojanos se marcharan al descanso con una cómoda victoria (10-16). Encima, Hombrados daba alas a su equipo, que se mostraba muy fallón en los contraataques. Pero el Ciudad Real no desesperaba. Sabía que tarde o temprano iba a encontrar su buen juego.

La reacción, en el 47

El Quijote Arena, poco acostumbrado a estos reveses, no daba crédito a lo que estaba viviendo el Ciudad Real en la pista: el Naturhouse mantenía la ventaja, aunque los de Talant habían recortado la diferencia y se seguía aferrando al sueño de puntuar en un pabellón que no conoce las derrotas desde hace ocho años. Sin embargo, la reacción blanca llegó, aunque un poco más tarde lo esperado.

Hombrados se hizo fuerte delante de la portería y favoreció más réplicas a Kallman, Morros y Lazarov, quienes empezaron a afinar su puntería. Coincidió esta levantada manchega con un lapsus negativo de los riojanos, que perdieron algunos balones tontos y se mostraron erráticos. El gran Marc Amargant mantenía el sueño del Naturhouse intacto, mediada esa segunda parte, con un nuevo gol (20-22). Pero en cuestión de segundos, Joan Cañellas descontaba y Roberto García Parrondo empataba las cosas. El Ciudad de Logroño se despertó, abrió los ojos, y vio que enfrente estaba nada menos que el Ciudad Real, a quien habían maniatado durante 47 minutos.

Y en su despedida del Quijote Arena, Viran Morros quiso decir adiós a lo grande. Suyos fueron dos goles que permitieron doblegar a los riojanos para pasar comandar las acciones. Y en un visto y no visto, el Ciudad Real dio vuelta el partido de una forma casi mágica y abrió un hueco decisivo, imposible de cerrar. Con escasas fuerzas, el Naturhouse hizo lo que pudo y acabó el encuentro dignamente, aunque el resultado final (31-25) no refleje lo que sucedió durante todo el partido. Con ese sabor agridulce se despidió de la temporada 2010-2011 el Ciudad de Logroño, cuyos responsables están inmersos en los preparativos del nuevo proyecto, que empezará a ver la luz mañana.

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