Más subvención a los partidos

Las administraciones central y autonómica riojana han aportado una nueva evidencia de su distanciamiento de lo que se ha dado en llamar 'sociedad civil' al no prever restricción alguna en las subvenciones que percibirán tras las elecciones del 22M. Sea por negligencia, descuido o desinterés; sea con plena consciencia, la inacción de los ejecutivos de ambas -el central rectificó tarde, en diciembre; el regional no ha movido ficha- ha permitido que las recompensas postelectorales hayan acumulado los incrementos previstos en la Ley electoral durante los últimos cuatro años, hasta sumar cerca de un 10%. Los partidos políticos, que cuentan con estos emolumentos como una parte magra de sus ingresos, verán así crecer el cheque que les corresponderá después del 22 de mayo por los diputados y concejales logrados, los votos obtenidos e, incluso, por la propaganda electoral buzoneada. Unas cantidades variables que en el caso de La Rioja pueden sumar en torno al millón de euros y que saldrán de unos erarios, el central y el regional, exiguos y adelgazados por la crisis. Y ello en el mismo periodo en que la mayoría de los asalariados han sufrido congelaciones en la nómina, si no recortes, como ha sido el caso de los trabajadores públicos. Todo un síntoma de la falta de sintonía entre la clase política y la ciudadanía, que el miércoles tuvo otro capítulo en la negativa de los europarlamentarios para viajar en clase turista (en traslados de menos de cuatro horas) o congelar sus onerosas retribuciones. Los eurodiputados pusieron un nuevo eslabón en la cadena de descrédito que padecen las instituciones de la UE.