Un redoble al final de un mal partido

El Naturhouse arañó dos puntos muy valiosos para ir almacenando a costa de un Quabit Guadalajara que realizó un balonmano muy sobrio y que estuvo a punto de llevarse la victoria de Logroño.

Mal partido del Naturhouse, con un juego deslavazado, sin orden y sin concierto y que salvaron a partes iguales en el último instante Parra con dos goles vitales y Gurutz, con una actuación magistral bajo palos.

El 32-30 da ánimos a los de Jota en su último partido de Liga antes de hacer escala en Dinamarca, pero tiene que servir para hacer una reflexión interna de los errores de maniobra antes de llegar a las Tierras del Mar del Norte. Fallos de aceleración y sin dibujo. Al equipo riojano le salvaron cuatro zancadas. Las que tuvieron que dar para pillar a la contra a un club trabajador, pero dependiente de dos figurones: Rudovic y De la Salud. Dos elementos sobre los que el conjunto alcarreño construye todo. Ataque y defensa.

El equipo riojano se fue al descanso con un aparente 17-12, un dato prometedor que anticipaba una segunda fase de escándalo, balsámica y alentadora antes de encarar el viaje a Dinamarca. Los jugadores riojanos jugaron a ráfagas, con momentos estelares en un primer momento de Rubén Garabaya, salpicados de la emoción en cada salto de Juárez y Arrieta. Sin perder la cara el Guadalajara, apretaba las cifras con Rudovic y De la Salud en plan estelar. Eran las figuras del equipo, eran los hombres sobre los que había que extremar el cuidado y ellos fueron los destacados.

No había modo de pararlos. Tan sólo los errores en sus lanzamientos privaron a los alcarreños de un tanteo mejor. Le costó un cuarto de hora al Naturhouse abrir brecha en el partido.

Fue el momento en el que salió lo mejor de un Alfredo Sorrentino estelar. Es hora de encontrar a un lateral izquierdo al que le faltan horas de rodaje. Bienvenido.

A su acierto se sumó el de un Parra pletórico desde el extremo y de un Rok Prazniz que encontraba portería. De un 10-11 adverso se pasó a un 15-11 gracias a imprecisiones en los pases telegrafiados de los visitantes y los robos de balón locales. Esas cuatro zancadas hasta el campo contrario permitieron albergar esperanzas de una segunda mitad placentera.

En barrena

Craso error. Juárez, Sorrentino, Velasco, al que pararon con un golpe de kárate en el cuello y Garabaya repartían el ataque local. Castella y Fontenla hacían lo propio por parte del Guadalajara. Diez minutos de la segunda parte y 23-17. Seis arriba.

El equipo viajaba cómodo por el partido, pero un golpe de arrojo local puso en entredicho que la defensa riojana era de mantequilla. Gurutz se encontró con misiles a bocajarro que sacó con reflejos felinos. Estuvo increíble. San Gurutz paró dos penaltis. Un porcentaje del 39 por ciento.

Sus alas frenaron la debacle. El equipo no funcionó. Sasha perdió la brújula desde el momento en el que se abrió el portón. El toro bravo se equivocó de medio a medio. Sus entradas, tan celebradas otras veces, eran frenadas desde la grada a coro por el vocerío. Tranqui tío. Gran frase de Belauste: 'Sabino, a mí el pelotón que los arrollo'.

El Ben Hur del equipo salió desbocado y su exceso de celo lo pagó con un rendimiento escaso. Incluso Gurutz le acarició y le pidió sosiego. El equipo cayó en barrena porque el partido se convirtió en un correcalles. Del 23-17 a un inquietante 30-27. La inquietud citada se tornó tiritona cuando el tanteo catapultó a los manchegos a un 30-30, pero Parra rebañó dos balones claves y las clavó. Gurutz se ganó el cielo en otras tantas contras. Un triunfo con suspense y suspenso.