Secciones
Servicios
Destacamos
JAVIER CAMPOS jcampos@diariolarioja.com
Miércoles, 16 de marzo 2011, 01:28
Los desencuentros entre administraciones de distinto signo no son nuevos, si bien los registrados en la región amenazan con ensombrecer los propios actos en que se generan. Y es que, con independencia de la presentación, visita o inauguración de tal o cual proyecto, los 'desplantes' protocolarios desplazan el foco de la noticia del qué al quién.
Ayer mismo, el presidente de La Rioja visitaba el Hogar de Personas Mayores y Centro de Día de Lobete, «un centro moderno, innovador y de calidad que incorpora nuevas tecnologías», en palabras de Pedro Sanz, con una inversión total de 3,3 millones de euros. Sin embargo, la decisión de no invitar al mismo ni al Ministerio de Sanidad y Política Social ni a la Delegación del Gobierno pese a haber cofinanciado las obras con 1,6 millones de euros provenientes de los fondos estatales del Plan E para dependencia, trasladó una vez más el objetivo de cámaras y grabadoras.
«Miren, yo en esas cosas del protocolo no voy a entrar... Aquí lo importante es buscar la felicidad de las personas con los servicios que se prestan, no si van una o dos personas, si están en traje, en vaqueros o en buzo», respondía el presidente a preguntas de los periodistas, antes de añadir que, mientras sus prioridades están en las obras y servicios, «las de otros están en quiénes van a visitar los mismos».
Las palabras de Sanz no parecieron convencer a quienes desde el principio de la presente legislatura le acusan de saltarse el protocolo a la torera. «El problema es que el presidente de la Comunidad considera que el protocolo empieza y termina por él y sigue por las necesidades de su partido», se quejó el portavoz municipal del Ayuntamiento de Logroño, Vicente Urquía, quien da cuenta del continuo «desprecio» del Gobierno de La Rioja hacia la capital representada en la figura del alcalde. «Ya sea en un centro de salud o en un colegio, y pese a que el suelo es municipal, no cuenta con nosotros para nada; eso sí, Gamarra siempre un metro por detrás de él», lamentó Urquía.
«Yo me preocupo por trabajar día a día, que es lo importante, y si a alguien le preocupa quién celebra la misa o quién ayuda al cura, pues es su problema», quiso zanjar Sanz, quien dejó ver entre líneas que en ocasiones el 'plantado' es él y «ahí están las fotos».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.