Rulo, grande

Raúl Gutiérrez, 'Rulo', lleva en esto del rock and roll desde hace diecisiete años. Media vida. Y eso se nota. En su solvencia sobre el escenario y a la hora de conectar con el público.

La música lo ha sido todo para él. Por eso le costó asimilar hace doce meses la ruptura con su grupo de los últimos trece años, La Fuga. Tras un duro proceso, el de Reinosa se aplicó una estrofa de sus composiciones -«cojo mi mala cara y me voy de aquí. No sé las veces que me reinventé»- y ha renacido de sus cenizas junto a un experimentado grupo de músicos, La Contrabanda.

De esa pira de experiencias pasadas y presentes ha surgido su disco de debut en solitario, 'Señales de humo', que anteayer emocionó a sus seguidores en un polideportivo Las Gaunas de Logroño a la mitad de su capacidad.

Fue su reencuentro con los fans riojanos y varios llegados de fuera. Rulo estuvo grande, enérgico, entregado y vital. Se notaba que la mala racha había pasado y que ahora sí avanza por su destino con el viento a favor. No en vano, hace pocos días aseguraba en una entrevista a este periódico que había recuperado la ilusión de los inicios, las sensaciones perdidas por el desgaste de los años y que su nueva banda y él se sentían «como quinceañeros» cuando tocaban en el local. Ese buen rollo pudieron constatarlo el sábado por la noche cualquiera de los presentes en Las Gaunas.

El concierto arrancó con sorpresa, con una entrada a ritmo de tango, y acabó con la voz en off de su admirada Chavela Vargas cantando 'En el último trago' y con el cantante rociándose de la cabeza a los pies con el güisqui de una botella.

'No sé' y 'Como a veces lo hice yo', ambos temas de su último álbum, fueron los primeros en sonar y los encargados de ir caldeando el ambiente para la llegada de rotundos éxitos de su etapa en La Fuga como 'Baja por diversión', 'Majareta', 'Negociando gasolina', 'Trampas al sol' o 'P'aquí, p'allá'. Durante esta última canción, Rulo volvió a sorprender y se bajó del escenario para interpretarla.

Esos temas del ayer salpicaron un concierto que estuvo protagonizado por las once canciones del nuevo disco, que tocó entero con los coros de un polideportivo entregado. 'Heridas del rock and roll' y 'Fauna rara' despertaron una oleada de aplausos. Esta última también varias sonrisas, puesto que Rulo y su Contrabanda aparecieron disfrazados con gafas y alguna que otra boa de plumas... Se trataba de poner en solfa algunas cotidianeidades absurdas.

Y frente a la irreverencia, el cantante ofreció a su vez su lado más tierno al cantar solo a la guitarra 'La balada del despertador'. Así, el concierto de presentación de 'Señales de humo' resultó una amalgama de sensaciones y de momentos inéditos.

Pero en este retorno del mejor Rulo, el cantante no podía dejar de mostrar su habitual faceta comprometida y solidaria. Al término de 'La cabecita loca', primer single y última canción de la noche, la banda desplegó una bandera de Japón en solidaridad con los ciudadanos del país nipón que están sufriendo las consecuencias de un fortísimo terremoto y un tsunami. En resumen, un artista.