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PABLO GARCÍA MANCHA
Lunes, 31 de enero 2011, 11:01
El arte contemporáneo tiene múltiples lecturas, cada obra reparte polisemias cargadas de ironía, a veces insufladas de una sensación de vacío que acongoja o que deja al espectador con un mar de inquietudes, pasmado, escondido tras el catálogo para averiguar qué busca el artista cuando la mirada de alguien se deposita en su lienzo, en su fotografía, en sus textos, o en los collages escultóricos que sostienen muchos más interrogantes que días se suceden en los calendarios. Por ejemplo, la fotografía 'La noche 1002', de la sevillana Pilar Albarracín, en la que aparece un viejo Mercedes entre amarillento y crema que transporta en su baca, entre los enseres, a una mujer musulmana atada entre las maleta y las bolsas de viaje. Al fondo se contempla una mar azulado pero desvaído y al volante se intuye a un hombre. ¿Quizás su marido?
Otro ejemplo: el fotógrafo donostiarra Sergio Prego apuesta por cuatro instantáneas denominadas 'Sin título', un nombre que se repite varias veces en la exposición. Un individuo recibe un impacto de un líquido en su mentón, cuatro imágenes que captan dos momentos. Un soliloquio expresivo que aturde el corazón, sin duda, pero que quizás también deje al espectador indiferente. En ocasiones, al recurrente 'Sin título' dan ganas de contestar: ¿Y qué?
En la misma sala, la alemana Petra Mrzyk y el francés Jean-Françoise Moriceau exponen ocho dibujos en tinta sobre papel con una soterrada metáfora sexual. También se llama 'Sin título' una alegoría que discurre entre ciervos coronados por testuces alambicadas, orejas de Mickey Mouse que desfilan en formación militar, presuntos dientes que brotan de una boca imaginaria o unas piernas de mujer con forma de clítoris y alas de murciélago.
Las técnicas y los mensajes se multiplican en esta recopilación de impactos actuales que resume la colección de Premios Altadis de Arte Contemporáneo 2000-2007, inaugurada ayer por el presidente del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz, en la Sala de Columnas de la Bene, espacio de esta muestra hasta el próximo 28 de febrero.
María de Corral, una de las comisarias de la exposición, habló de la fenomenología que concurre en esta cita: «El Premio Altadis, a lo largo de los siete años que ha tenido lugar, se ha comportado como un trampolín de artistas contemporáneos locales de cara a su internacionalización. Seis galardonados cada año, tres españoles y tres franceses, seleccionados entre veinte candidatos de ambas nacionalidades en paridad por un jurado compuesto por profesionales de reconocido prestigio. Por eso este premio se ha convertido en una gran referencia en la órbita del arte contemporáneo».
En el catálogo de la obra, la propia María de Corral y la otra comisaria, Lorena M. de Corral, aseguran: «Nuestra preocupación no ha sido trazar una línea cronológica o seguir una tesis concreta, se podría decir, más bien, que nuestra tesis ha sido evidenciar la relación que existe entre los artistas de dos diferentes países que debaten y trabajan ideas específicas sobre el arte y la vida actual a través de una mirada abierta».
Por su parte, la directora de la Fundación Altadis, Inés Cassin, puso de relieve la estrecha y muy fecunda relación histórica de su organización con el arte contemporáneo y con la Comunidad Autónoma de La Rioja, ya que esta muestra llegaba a Logroño más de cien años después de establecer la primera relación entre nuestra empresa tabaquera y esta gran ciudad».
Pedro Sanz recordó, por su parte, que en el Parlamento, el edificio donde ahora se generan las leyes de nuestra región, «en su tiempo se fabricaban cigarrillos, gracias al afán de Práxedes Mateo Sagasta de traer prosperidad a La Rioja».
En el propio catálogo sostiene Sanz que «durante casi un siglo, Tabacalera tuvo su sede riojana en el corazón de Logroño, hasta que en 1978 trasladó sus instalaciones al cercano polígono industrial de El Sequero, donde actualmente sigue funcionando a pleno rendimiento. De hecho, la riojana es la única fábrica de cigarrillos de España». El presidente regional, que se mostró convencido durante la inauguración del buen trabajo de la Fundación Altadis en la promoción de los nuevos valores del arte contemporáneo, también hizo hincapié en las relaciones del Gobierno de La Rioja con esta institución por su apoyo a la Fundación San Millán y al Instituto de Estudios Riojanos.
Sanz 'destacó que «a través de la exhibición de esta magnífica colección enriquecida durante siete años, la Fundación Altadis nos ofrece a los riojanos la oportunidad de sentirnos orgullosos de nuestras señas de identidad, y al Gobierno de La Rioja en particular la ocasión de reafirmar su compromiso con la juventud».
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