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TERI SÁENZ esaenz@diariolarioja.com
Martes, 25 de enero 2011, 08:51
«Tenemos que pasar más tiempo mirando la pantalla del ordenador que atendiendo al usuario». La frase es de Carmelo Vaquero, médico de familia del centro de salud Rodríguez de Paterna de Logroño con 33 años de experiencia, y condensa la situación que desde el verano a esta parte viven los médicos de Atención Primaria de La Rioja y padecen de rebote sus pacientes. La causa del mal tiene nombre propio: 'Selene'. Así se denomina del sistema informático implementado por la Consejería de Salud y que, según el personal sanitario, ha supuesto un paso atrás respecto al sistema OMI que venía funcionando hasta entonces. «Aquél era rápido, efectivo, claro y funcionaba; éste resulta mucho más enrevesado y lento, cuesta cargar las páginas, los iconos son minúsculos, las aplicaciones complejas, funciona mal...», detalla Vaquero respecto a una herramienta fundamental para su trabajo en la que se anotan desde los análisis del pacientes hasta los resultados, las pruebas complementarios, las exploraciones, las analíticas... «La única mejora a futuro es la posibilidad de contar con un historial informático común, pero a corto plazo todo son deficiencias», explica respecto a un sistema que en el Rodríguez Paterna se implantó el 19 de julio y al que en noviembre se le inocularon mejoras y en febrero está previsto revisar de nuevo. «Ése es el problema», ataja Vaquero, «que se metió con calzador, sin hacer una prueba piloto que advirtiese de sus inconvenientes a pesar de que algún centro de salud se ofreció».
Las dificultades generadas por 'Selene' repercuten en todo el sistema de Primaria. Recetas expedidas a mano para ganar tiempo, imposibilidad para los facultativos de compatibilizar la atención al paciente con otras tareas como cirugía menor, ralentización en la espera de los usuarios citados -«hasta hora y media», apostillan en Rodríguez Paterna- y largas colas en el servicio de administración que en algunos centros ha obligado a la contratación temporal de personal de apoyo para evitar colapsos. «Lo peor es la sensación de que en ocasiones no puedes ver al paciente con la tranquilidad que se requiere», dice Vaquero añadiendo otro motivo de irritación general: la falta de sensibilidad de la Consejería. «Dicen para justificarse que nosotros somos torpes, cuando la torpeza y la ineficiencia está en el propio sistema informático que sustituye a otro que funcionaba».
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