Sheyla Gutiérrez, pasión por la bicicleta

En La Rioja sólo tenemos una representante en este deporte tan duro del ciclismo. Ha tenido que superar muchos 'puertos' de categoría desde que, a los seis años, se decidió a seguir los pasos de sus hermanos mayores Rubén, Joni y Alfredo, junto a Miguel, que es su mellizo.

Sheyla Gutiérrez consiguió el año pasado el segundo puesto en el Campeonato de España cadete, en Santoña, y ha fichado por el Meruelo de Cantabria para seguir progresando en este deporte.

Tiene ante sí un futuro muy esperanzador si mantiene su dedicación, («no hay momento en que no piense en la bicicleta. Desde hace ya muchos años, es un deporte que me encanta y que no lo cambio por nada», explica) y sigue entrenándose como hasta ahora («hay que esforzarse mucho para poder seguir superándome, y eso es lo que más me gusta del ciclismo»).

Ha elegido un equipo femenino de Cantabria con solera, el Meruelo, que trabaja muy bien esta categoría. Es un club en el que puede pensar en el futuro. Y éste lo tiene muy claro: «Me gustaría llegar a la Selección Española y destacar a nivel nacional», explica.

Se mira lo que puede en el espejo de la que es su ídolo, Joane Somarriba, una gran competidora, gracias a la cual «se conoce el ciclismo femenino en España». «Ha conseguido muchas cosas de las que ahora nos podemos aprovechar las que practicamos este deporte», incide.

Cambio de categoría

Ha cumplido los diecisiete años el pasado día uno de enero. Ha pasado a la categoría junior y ha llegado el momento de empezar a sacar rendimiento a las enseñanzas que ha recibido de sus tíos José María Mangado y Begoña Ruiz Huidobro desde que empezó en la Escuela Municipal de Ciclismo, hasta estos dos últimos años en que ha corrido en el equipo Viña Ijalba de categoría cadete. «Ellos me han enseñado todo lo que sé y son los que me han inculcado el amor por el ciclismo, sin descuidarme de los estudios, junto a mi familia, y mis hermanos, que han practicado todos este deporte».

Ahora les deja, al menos en las jornadas de competición, pero seguirá con sus compañeros del Viña Ijalba cadete entrenándose durante muchos días. Les echará de menos, porque han hecho un grupo de amigos: «Siempre me han ayudado, tienen más fuerza que yo y les debo mucho». En algunos entrenamientos, incluso, les ha tenido que indicar que había diesen algo más, porque Sheyla se exprime al máximo hasta en esas sesiones.

También dejará de competir con su hermano mellizo, Miguel: «A veces me ayuda en las carreras y se alegra siempre de mis triunfos, aunque se pique un poco a la hora de correr. Pero hay que seguir adelante», añade.

Son pocas las chicas que practican este deporte y muchas veces tienen que pasar por malos tragos. Algún episodio ha tenido que sufrir Sheyla, aunque cada vez menos: «Dentro de lo que es la carrera y los seguidores del ciclismo, se valora mucho nuestra presencia, pero la gente que no lo vive, a veces es grosera. Aprendes a no hacer caso. En carrera, también alguna vez, los chicos se pican si ven que vas muy bien, pero eso lo vemos con algo natural».

Sheyla comienza una nueva singladura. Va a tener más responsabilidad y la exigencia aún va a resultar mayor. Pero no hay más que verla para saber que lo va a afrontar con la mayor intensidad y con la idea de seguir haciéndose un hueco en el ciclismo femenino para llegar, si la suerte no le es esquiva, a la cota que se proponga. El año 2011 comienza para ella como el más ilusionante de su vida deportiva