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P. HIDALGO
Jueves, 11 de noviembre 2010, 10:51
Haberlos, 'haylos' y en abundancia. Trombicúlidos, artrópodos, garrapatas, mosquitos y toda una suerte de bichitos han incrementado su presencia entre nosotros. No sólo en La Rioja, sino en todo el mundo occidental, causando serios problemas en Centroeuropa y en los antiguos países que integraban la Unión Soviética. Los animalitos del momento se llaman trombicúlidos, unos ácaros de la familia de las arañas que habitan entre la vegetación de las zonas altas de montaña entre finales de agosto y hasta que caen las primeras nieves. En nuestro territorio, proliferan en los bosques del Parque Natural de Sierra Cebollera (en los entornos de La Pineda y de la Venta de Piqueras), en las altitudes del Camero Viejo y entre las jaras de la sierra de la Demanda. Sus 'víctimas' habituales son los cazadores y los buscadores de setas, entre los que causan cuadros de irritación en la piel. En los animales de compañía, su picadura desemboca en parasitaciones masivas que pueden derivar en la muerte.
«Cuando comenzamos a investigarlos, hace bastantes años, parecía que su presencia se circunscribía a determinadas áreas del monte, pero están apareciendo nuevas manchas. No sabemos por qué ocurre esto, pero no se trata de un problema exclusivo de La Rioja, sino que sucede lo mismo en España y en otras zonas de Europa», señala el jefe del área de enfermedades infecciosas del CIBIR y del hospital San Pedro, José Antonio Oteo. En este centro de referencia para toda España en enfermedades transmitidas por artrópodos tienen constancia, a su vez, de que han aumentado las poblaciones de todo tipo de artrópodos, garrapatas o mosquitos «y que algunas patologías ligadas a estos últimos se están incrementando». De ahí que recientemente hayan recibido comunicación del primer caso en España de paludismo autóctono (en personas que no han viajado a una zona endémica ni viven cerca de un aeropuerto) detectado en Huesca y de contagios por el virus del Oeste del Nilo, que ataca al sistema nervioso, entre dos ciudadanos de Cádiz. «Hay que considerar que el último caso de paludismo que se diagnosticó en este país data de principios de los sesenta», contextualiza el doctor Oteo.
El experto en enfermedades infecciosas rechaza hablar de plaga, pero reconoce que «predomina de todo». No obstante, matiza que «en La Rioja lo tenemos controlado porque existe una vigilancia continua».
Las causas de esta eclosión de bichitos parecen difusas, pero Oteo apunta algunas claves: «Carecemos de evidencias científicas, pero sabemos que a nivel mundial se han elevado un poco las temperaturas, lo que favorece que crezcan los censos de artrópodos en general. En cuanto a los mosquitos, por efecto de las lluvias torrenciales se crean charcas en las que nacen estos insectos. Antiguamente, éstas se desecaban, precisamente para evitar que estos se reprodujeran. También han cambiado otros hábitos como la fumigación, que ahora se realiza menos para contrarrestar sus efectos tóxicos».
El doctor insiste en que «el verdadero problema» radica en que estos animales conviven con nosotros y que «no los hemos erradicado». Si bien, admite que «hoy en día los virus y bacterias viajan en avión». «Los movimientos poblacionales por distintos motivos -viajes por turismo, negocios o la inmigración- podrían justificar algún caso puntual». Y retoma: «el peligro no son estos desplazamientos, sino el animal que habita en nuestros montes, y el monte no se puede quemar».
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