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E. SÁENZ
Sábado, 30 de octubre 2010, 12:25
La curva empieza a invertirse. Mientras que la mortalidad por cáncer de pulmón describe una línea descendente en España entre la población masculina, en las mujeres comienza a repuntar de forma notable. De acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Sanidad que abarcan el periodo 1990-2007, el impacto del cáncer de pulmón cayó el 4% entre los hombres mientras que entre las españolas aumentó hasta el 73%.
La Rioja tampoco escapa de esa nueva realidad. En sólo una década, la incidencia de este tipo de tumores ha pasado del 4,5 casos por 100.000 habitantes entre las riojanas a 9. La estadística entre los riojanos marca una tendencia inversa aunque sigue siendo una patología eminentemente masculina, de forma que en el plazo de diez años se ha pasado de una incidencia de 89 casos por 100.000 habitantes a 70.
El día a día de los profesionales sanitarios confirma el panorama que vislumbran las cifras. «El protagonismo del cáncer de pulmón entre las mujeres es patente y va creciendo paulatinamente en los últimos años», revela el Jefe de Sección de Neumología del Hospital San Pedro, Manuel Barrón, enmarcando un escenario que, como vaticinan los expertos, hará que en el 2020 el de pulmón desplace al de mama como el tumor más mortal entre la población femenina.
Para buscar las razones del fenómeno se hace preciso mirar atrás. Son las mujeres que se iniciaron en el tabaquismo en los años 70 y 80, cuando el hábito del tabaco dejó sociológicamente de ser casi en exclusiva 'cosa de hombres', las que empiezan a engrosar la lista de afectadas por cáncer de pulmón. «Estamos recogiendo los 'frutos' de décadas de consumo de nicotina por parque de aquellas jóvenes», resume Barrón, recalcando cómo los cigarrillos han sido y siguen siéndolo el principal causante de una patología especialmente agresiva a la vista del bajo índice de supervivencia -el 32% en La Rioja, que a los cinco años disminuye hasta el 12%- entre los afectados.
¿Ha alcanzado techo esta evolución? Barrón se aferra al optimismo. «Confío en que así sea; que la incidencia entre los hombres siga cayendo y la tendencia se asemeje entre las mujeres». A favor de su esperanza juega el reforzamiento de los leyes antitabaco -«aunque sean mal acogidas entre los consumidores, hay que entender que existe una relación absolutamente directa entre tabaco y cáncer de pulmón»- mientras siguen pesando en contra las dificultades para establecer un diagnóstico precoz, un aspecto sobre lo cual sí se ha avanzado ostensiblemente en los casos de cáncer de mama, cérvix o colorrectal. «Cuanto más tardíamente se detecta, menos probabilidades existen de actuar», ratifica el especialista, que explica cómo el cáncer de pulmón «no da la cara», y sólo complicaciones locales o generales (expectoración aguda, pérdida de peso, dolores óseos y pulmonares...) pueden alertar de su desarrollo.
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