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PABLO ÁLVAREZ |
Domingo, 24 de octubre 2010, 13:40
Ahora, quince días para pensar, relajarse, recuperar heridos. Y prepararse, que con noviembre llegan los partidos más decisivos y Europa, todo mezcladito. Y el Naturhouse La Rioja llega al parón con buena cara. Las cosas podrían estar mejor pero, en realidad, no están mal. Y la victoria de ayer de Guadalajara ayudó a recordarlo.
Lo primero, un reconocimiento al equipo local. Nadie daba un duro por este Guadalajara cuando se cerraron las plantillas de Asobal. Queda mucha liga, y todo puede ocurrir, pero los alcarreños están haciendo cosas bonitas con muy poco material. Loas a Fernando Bolea, su técnico, y lamentos porque la parroquia no se lo reconozca: medio millar largo de espectadores animaba ayer a los suyos.
Dicho lo cual, el Naturhouse fue ayer bastante mejor que el Quabit Guadalajara. Ayer, los de Jota fueron superiores de principio a fin. Su arranque fue muy bueno, sobre todo en defensa.
Tiene Guadalajara dos puñales. Uno de ellos, Novica Rudovic, no es una sorpresa, porque ha goleado allí donde ha estado. El otro, Sergio de la Salud, sí sorprende. El central catalán se ha pasado, vista su calidad, demasiado tiempo en la B.
La atención de la defensa que Jota dibujó ayer se centró en ellos, y salió bien. Rudovic se iría del partido con sólo un gol... y de penalti. De la Salud hizo 3, pero con malos porcentajes.
El equipo local lo pasaba mal cada vez que le tocaba atacar, sobre todo al principio. Demasiadas veces se quedaba colgado, demasiadas veces caía en las trampas que le ponía el Naturhouse para cometer clarísimas faltas en ataque en su obsesión por penetrar.
En fin, que para el minuto 9 el marcador estaba 1-6, y a Quabit Guadalajara le tocaba apostar su cuello a una remontada que no iba a ser nada fácil.
Reacción, portero
No es que no lo intentaran. En el minuto 14 se acercaron a dos goles (6-8) antes de que un arreón de defensa y contraataque, con un gran Parra, volviera a abrir el hueco hasta los 6 goles del descanso (10-16).
Tal y como estaba la cosa, lo normal hubiera sido que esos 6 goles fueran al menos 10. Pero es que ya había aparecido en la cancha el tipo del partido: Jorge Gomez, joven portero maño propiedad del CAI, de quien todo el mundo habla muy bien. Estuvo un rato en la primera parte para detener 4/7. Muy bueno.
Pero cuando volvió la segunda, lo de Gómez se volvió estratosférico. Durante los 10 primeros minutos del periodo el portero detuvo 6 de 9 lanzamientos, para un total hasta entonces de 10 de 16. El Naturhouse no atacaba mal: encontraba hueco, abría la defensa, tiraba claro... pero Gómez la paraba.
Guadalajara se subió a los hombros de su portero para irse acercando. Su fe les hizo encontrar además su mejor ataque. Y así se acercaron, y se acercaron...
Hasta que llegó el minuto 14. Con 18-19 en el marcador, Guadalajara atacaba para empatar. Pero perdieron el balón (luego su entrenador decía que había visto una falta no pitada) y Parra se lanzó a la contra. Volando iba cuando le interceptó el local Castellá, y el madrileño se dio el costalazo padre.
Los árbitros se lo pensaron, pero acabaron sacando a pasear la tarjeta roja. El lío mató a Guadalajara. El Naturhouse sacó unas cuantas contras, y terminó reabriendo el hueco gracias a Sasha Tioumentsev y Alex Dujshebaev (gran partido ayer del chaval).
El buen día (otro) de Gregor Lorger completó la faena. El esloveno se fue con una veintena de paradas de todos los colores. Y el Naturhouse ganó porque era mejor, y se va al parón con 8 puntos y en plena pelea por la Copa. Que va a ser dura. Pero eso será otro cantar.
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