Dos jóvenes emprendedores abren el primer almacén mayorista chino de La Rioja

Yong supervisa la llegada de mercancía mientras Chi, en su recorrido diario por la ciudad, se interesa por las tarifas publicitarias con el propósito de comenzar a darse a conocer entre los logroñeses. Dentro de la extensa nave, cercana a los 2.000 metros cuadrados de superficie y más de una decena de altura, Sandra y el resto de empleados, hasta un total de ocho, se afanan por mantener todo en orden y servir de guías a los primeros visitantes.

Papelería, ferretería, droguería, perfumería, juguetes, cristal o plástico, limpieza y hogar, decoración, jardinería, regalos. La lista de productos apilados en altas estanterías dispuestas en largos y amplios pasillos es inagotable. «Aún falta por llegar género», nos advierte Sandra, colombiana afincada en Logroño que actúa de para fotógrafo y redactor. El polígono Cantabria aloja desde hace dos semanas una pequeña parte del gigante asiático: la que un par de jóvenes emprendedores se han traído consigo en lo que viene a significar la apertura del primer mayorista chino en la comunidad autónoma de La Rioja.

Un arco con un mensaje de 'bienvenida' se encarga de recibir a quienes acceden con su vehículo al aparcamiento a la entrada de la calle Barrigüelo, justo al lado de la recién trasladada Coches y Cunas. Las instalaciones, anexas a Mavyal, muestran bien visible un nombre cuya pronunciación difícilmente será la correcta: Cash-Da-Zhong, silabean los que, curiosos, se acercan desde la capital.

Naranjas cálidos y grises amables 'atraen' a la clientela hacia la entrada de una gran nave donde, una vez se accede a su interior, apenas puedes llegar a abarcar con la vista las 'entrañas' de semejante dragón. «Hay de todo y, además, a los mejores precios», nos dicen.

Chi y Yong. Yong y Chi. Tras varios años de residencia en España, concretamente en Talavera de la Reina, ambos socios han optado por montar negocio propio y además hacerlo a lo grande. ¿Por qué Logroño?, cabría preguntarse. «Hemos viajado mucho, sobre todo por el norte de España, y hemos visto que en Logroño no había nada parecido a lo que teníamos en mente», revela Chi, cuyo castellano, pese a sus deficiencias, supera notablemente al de Yong.

«Mucha nave vacía»

Sus planes, ambiciosos sin lugar a dudas, pasan por convertirse en los principales proveedores de tiendas de chinos y bazares de la zona. Para ello trabajan incansablemente desde hace más de dos meses, justo cuando comenzaron a reformar las instalaciones que ahora ocupan, alquiladas tras un laborioso proceso de búsqueda destinado a localizar un espacio que se adaptase a sus necesidades.

«Con la crisis hay mucha nave vacía», reconoce Yong. ¿Problema? «Alquilar una a buen precio y lo suficientemente grande como para meter todo», añade con ciertas dificultades idiomáticas. Ahora, ya abiertos al público, tanto él como su socio son conscientes de que ya no hay marcha atrás.

Importantes descuentos para mayoristas y precios ajustados a los tiempos que corren para el resto de interesados son sus principales armas. Esas con las que pretenden hacerse fuertes de 9.30 de la mañana a 9 de la noche de lunes a sábado y durante unas horas los domingos.

«Aun sabiendo donde compras, hay verdaderos chollos», comenta un grupo de jóvenes que parecen querer dotarse de menaje del hogar por el menor dinero posible. «La verdad es que dándote una vuelta te das cuenta de que hay precios 'tirados', más baratos que incluso en los 'chinos' de Logroño», explican otros.

Ambas declaraciones sirven para vislumbrar las posibilidades de éxito que puede llegar a tener el recién estrenado negocio. No en vano, en plena crisis económica, a nadie se le escapa que las tiendas de 'chinos', herederas de los antiguos 'todo a cien', han proliferado por las calles de mayor actividad de la capital. Ni que decir tiene que necesitan donde abastecerse... Y es precisamente ahí donde Chi y Yong pretenden ir dejando caer su tarjeta de visita.