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PABLO G. MANCHA
Martes, 31 de agosto 2010, 11:51
El empresario de la plaza de toros de Calahorra, Fermín Vioque, decidió ayer por su cuenta suspender el último festejo de la feria taurina, en el que con astados de la ganadería de Las Monjas debían actuar Diego Urdiales, Daniel Luque y Rubén Pinar. Vioque llevaba varios días madurando la decisión y a primera hora de ayer se reunió con el alcalde de la ciudad, Javier Pagola, para trasladarle sus intenciones.
A medida que avanzaba la mañana toda la ciudad era consciente de la decisión del empresario y el Ayuntamiento emitió una nota en la que anunciaba las acciones legales que correspondan contra Fermín Vioque por incumplimiento de contrato. Es más, en esa misma nota se explicaban las gestiones que realizó la propia corporación para organizar por su cuenta un festejo taurino para hoy, «pero debido a las numerosas dificultades y exigencias que requieren la organización de este tipo de espectáculos y a la premura de tiempo no ha sido posible».
A las cinco de la tarde compareció en una multitudinaria rueda de prensa Fermín Vioque, que lamentó la escasa afluencia de público a la primera corrida de la feria y dijo que no había venido a Calahorra «a perder dinero. He hablado varias veces con el alcalde para decirle cómo estaban las cosas y que no podía soportar perder más. He venido con todas mis mejores intenciones, pero el resultado ha sido desolador porque sólo he vendido unos quinientos abonos y unas cincuenta entradas para el día 31», afirmó.
Vioque puso, entonces, la pelota en el tejado municipal: «Yo he sido muy claro con el señor alcalde». Pero dijo más, ya que aseguró que para poner en marcha la feria tuvo que pagar «un dinero» a la mesa del Seguimiento del Convenio Taurino para levantar una deuda anterior de la plaza. Al final de la rueda de prensa reconoció que ese montante era de 2.000 euros.
Tampoco fue capaz de asegurar que había pagado los honorarios de los toreros que habían actuado en las dos primeras corridas: «Ésas son cosas interiores de las empresas», repitió una y otra vez. El empresario, que aseguraba que había una «responsabilidad moral» por parte del Ayuntamiento de Calahorra, reconoció que el taquillaje de la plaza no se había realizado por un problema de imprenta: «Las entradas llegaron sin numerar y todo no va a ser culpa mía». Pero hay más, ya que tampoco desmintió el hecho de que cobró 24.000 euros por el seguro de suspensión de la corrida de marzo. Sencillamente no quiso contestar.
Otra de las cuestiones más llamativas de la rueda de prensa es que reconoció que se le había olvidado llamar a un apoderado de la corrida de ayer: «Es cierto que llamé a Luis Miguel Villalpando tarde porque con todo este lío se me había pasado». El apoderado de Daniel Luque, José Luis Marca, dijo en Apalusos que «no es serio lo que ha hecho este hombre. Se escuda en que apenas ha vendido entradas y no puede hacer frente a un gasto así. ¡Pues que no sea empresario! Nosotros le hemos dado todas las facilidades del mundo, siempre teniendo en cuenta los mínimos que hay que cumplir, por supuesto, pero ni por ésas ha querido dar la corrida».
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