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DIEGO MARÍN A.
Martes, 10 de agosto 2010, 02:21
Aunque nacida en Logroño en 1969, toda su trayectoria literaria la ha realizado en Madrid, donde publicó su primer libro, 'El mar de los suicidas' (1999), y el sexto y último, 'Tablas de carnicero' 'Luces de Gálibo' (2010). Anteriormente, en el 2004, Nuria Ruiz de Viñaspre ganó el Premio de Poesía Ciudad de Tudela.
- ¿Por qué eligió un matadero de reses como alegoría para su libro?
- Más bien el proceso fue a la inversa. Pienso que cada vez que te sitúas frente a un proyecto, un libro en este caso, siempre hay una espita que enciende el resto. En 'Tablas de carnicero', concretamente, hubo tres grandes detonantes a la hora de iniciarlo: la música de Dead Can Dance, Francis Bacon y Damien Hirst.
- Paul MacCarney dijo que si los mataderos fueran transparentes todos seríamos vegetarianos. ¿Es su intención cambiar la visión del mundo con su libro?
- Después de tener el libro en mis manos me encontré con un libro de Plutarco en una librería gastronómica en el Mercado de San Miguel en Madrid que se titulaba 'Acerca de comer carne. Los animales utilizan la razón'. Fue un libro que devoré y descubrí que no es necesario ser vegetariano para cambiar la visión del mundo. 'Tablas de carnicero' no habla de esto. Es cierto que estos conceptos están latentes en todo el libro pero el mensaje que he querido transmitir es mucho más profundo. El libro no habla de comer o no comer carne, habla del mundo en el que hemos desembocado, probablemente, por aquellas prácticas de las que hablo de vivisección. Habla del hombre que sigue comiendo mientras otros mueren, del hombre que sigue matando, de cómo hemos llegado a la situación actual.
- En su nuevo libro de poesía parece que el mensaje está por encima del concepto de poesía.
- Absolutamente. Y el gran mensaje en 'Tablas de carnicero' es algo tan sencillo como la Piedad. ¿Y por qué elegí una vaca como vehículo para llegar a la Piedad? Es relativamente sencillo: la vaca representa todo el mundo subhumano. Ya lo decía Gandhi, no deberíamos matar una vaca para preservar una vida humana pero tampoco deberíamos matar una vida humana para preservar una vaca.
- La alienación, la deshumanización y la destrucción son temas recurrentes en sus nuevos poemas, pero tratados de una forma cruda, casi sangrienta, poco común en la poesía.
-Es cierto que en este libro el lenguaje ha cambiado. Es más crudo, menos sutil, por ejemplo, que en 'El pez místico', donde el lenguaje es rico y suscita poliédricas lecturas. Este lenguaje es crudo y sangriento, sin dejar de utilizar las metáforas. 'Tablas de carnicero' se hace así más visual, supongo que tiene que ver con mis procesos interiores. Tuve que enfrentarme a imágenes terribles, a visitar virtualmente mataderos, ya que nos vetaron la visita a mataderos municipales. La verdad es que puede que las descripciones que hay en el libro sean eso, el duro desencadenante al que llegaron mis manos tras verme abocada a estos procesos de los que hablo.
- Para recordar obras similares pueden evocarse películas e incluso novelas, pero no poesía. ¿Es la suya una poesía nueva?
- Creo que no existe la poesía nueva. Existen nuevas visiones, nuevas miradas. El fin es el mismo, son los medios los que van cambiando.
- ¿Cree que el hombre es una res camino del matadero?
- Creo que estamos desembocando en una sociedad a la que llevamos maltratando mucho tiempo. Creo que sí, que simbólicamente no seamos más que eso: una res camino del matadero teniendo en cuenta que «matadero» en nuestra sociedad puede ser sinónimo de «progreso» o de «consumismo» o de «deshumanización».
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