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El Caja Rioja jugará en una liga LEB Plata de 15 equipos. :: MIGUEL HERREROS
Una liga sin rumbo
Baloncesto

Una liga sin rumbo

La LEB Plata cambia de nuevo su sistema de competición y se queda en 15 equipos, entre ellos el Caja Rioja

PABLO ÁLVAREZ

Domingo, 8 de agosto 2010, 12:08

El oropel de la Selección española y su generación de oro es deslumbrante. Logroño lo verá dentro de poco: uno de los mejores equipos de baloncesto que han existido, un lujo para el aficionado.

Pero mientras eso ocurre en la Plaza de Toros, al otro extremo de la ciudad, en el Palacio de los Deportes, vive un club que apenas sabe cada verano qué será de él. Porque apenas un palmo por debajo del cielo de La Roja vive una realidad cochambrosa. Todas las ligas que dependen de la Federación Española de Baloncesto afrontan cada verano unos meses de zozobra, en los que nunca se sabe qué ocurrirá con los equipos... e incluso con las ligas enteras.

La Federación Española de Baloncesto no tiene un plan para las ligas LEB. O sí lo tiene: extraer de ellas lo más posible en forma de cánones que nunca bajan, pese a la crisis, y hacer oídos sordos a los problemas de unos clubs en permanente bancarrota e inmersos en unas competiciones kafkianas que van poco a poco alejando a los públicos de las canchas.

El caso del CB Navarra es paradigmático. El club pamplonica ha conseguido, en cuatro años de vida, subir hasta la LEB Oro. Son muchos ascensos, en realidad, desde las categorías regionales, pasando por la EBA, la LEB Bronce y la LEB Oro. Gran éxito deportivo... si no fuera porque los navarros no han conseguido ni un solo ascenso en la cancha. Así es la vida en las ligas de la LEB: equipos que lo ganan en a pista (Mallorca y Tíjola, en Oro) son descendidos por los despachos, y otros cogen su plaza sólo para, en muchos casos, acabar igual al poco.

En sólo tres años, la Federación ha demostrado una falta de criterio alarmante en la organización de sus competiciones. Primero creó una categoría LEB Oro con dos grupos, que pronto demostró ser lo que parecía desde un inicio: una trampa económica para equipos que debían jugar una liga nacional sin recursos ni para los viajes. La Bronce pronto acabó en bancarrota, y entonces la FEB se inventó una solución de lógica curiosa: ya que tenemos una liga que no funciona (la Bronce) y otra que sí (la Plata)... juntemos las dos para ver qué pasa.

El resultado fue un monstruo que tampoco funcionó. Una LEB Plata, la del año pasado, con 21 equipos en dos grupos, con un sistema de competición en el que era más fácil perderse que otra cosa, y que al final se cerró con el ascenso deportivo de un equipo muy bien visto por la Federación, Alcalá, y otro por despachos del Navarra.

El invento fue un desastre: de esos 21 equipos del año pasado, este año sólo siguen por propia voluntad ¡8! en la competición. Más increíble aún: dos clubes, Tarragona y Guadalajara, declararon no poder pagar su ingreso en Plata, y pidieron plaza en EBA. Pero ambos acabarán en Plata finalmente, ¡porque la Federación no les aceptó en EBA! Cosas que pasan con el baloncesto: ya veremos qué pasa con esos equipos cuando pase el tiempo y lleguen los gastos que ellos mismos dijeron no poder pagar.

En fin. En apenas una semana, el presidente de la Española y su corte aterrizarán en Logroño, reclamando para sí con justicia el honor de 'su' selección nacional, máquina de jugar al basket (y de dar dinero, dicho sea de paso).

Pero habrá por debajo una realidad que nadie puede olvidar: la Federación sigue teniendo pendiente dotar al baloncesto español de una estructura sólida y que no cambie al capricho de cada año. Esta extraña liga Plata de 15 equipos es un recordatorio más: ojito con lo que se hace mal durante muchos años seguidos. Si la base de la pirámide está podrida, la punta caerá más tarde o más temprano.

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