Elena Esteban vuelve a casa

Cuando se fue de La Rioja, a los quince años, no imaginaba que regresaría para jugar como profesional en un equipo de su propio pueblo, Murillo de Río Leza. Cuando era una jugadora cadete del D'Elhuyar fue convocada para una concentración española junior que competía a nivel internacional. Y cuando cumplió la mayoría de edad su periplo profesional pasó por los equipos de Superliga Universidad de Burgos y Universidad de Granada. Tras un breve paso por el Toledo, recaló en el Valeriano Allés Menorca Voley, equipo subcampeón de Superliga en la pasada temporada 2009-10 y con el que se afianzó en la selección española.

Su puesto es el de líbero (la jugadora que viste distinto dentro del mismo equipo y no puede sacar ni bloquear ni completar un ataque), mide 1,81 metros y tiene 28 años. Con su experiencia y el hecho de haber nacido en Logroño viene a liderar una plantilla como la del Nuchar Murillo, que aspira al ascenso a Superliga. «Cuando salí de aquí con quince años solo había equipos de voleibol en colegios e institutos, infantiles y cadetes. Estando fuera he visto el crecimiento del Club Voleibol Murillo y ha sido impresionante», declara Elena Esteban, que afirma que éste «es un club serio y eso, entre los profesionales, se valora mucho. Hay pocos clubes con buena reputación».

La irrupción de La Rioja en el voleibol nacional, con el Haro y el Murillo en lo alto de Superliga y Superliga 2, respectivamente, ha venido a restar protagonismo a los equipos isleños, dominadores de este deporte. «Es de admirar, se ve que los clubes riojanos responden y trabajan bien», afirma Esteban. Ella misma sufrió el azote de la crisis a este deporte en la temporada 2008-09, cuando militaba en el Toledo de Superliga y tuvo que dejar el equipo por impagos en las fichas de la plantilla. Posteriormente, el equipo desapareció, pero antes Elena ya había fichado por el Valeriano Allés como líbero titular. «Lo importante es que los equipos funcionen. El voleibol es un deporte minoritario y le cuesta encontrar patrocinadores y hay clubes que no pueden mantenerse sin apoyo económico. Por eso nuestros fichajes son solo por temporada», declara Esteban.

Ahora, Elena Esteban pasa de ser subcampeona de Superliga con el Valeriano Allés a jugar en Superliga 2. Eso sí, en casa, en Murillo. «Hay muchas razones, entre ellas que casi he terminado mi licenciatura en Ingeniería Informática y quería estar en una categoría que me permitiera compaginar un trabajo con el voleibol. La posibilidad de jugar en Murillo era buena. Estaban muy interesados en mí y llevaba trece años fuera de casa, así que... ¿por qué no? Lo importante no es que haya bajado de categoría, sino la aspiración: este año el objetivo es ascender a Superliga y revalidar la Copa de la Princesa. «Es bonito tener esas metas, hay que pensar en ellas», confiesa Esteban.

Aunque ella no siente una responsabilidad añadida en Murillo por ser una jugadora de casa e internacional, admite que «lo más gratificante es ser la primera jugadora riojana que ha jugado en la selección española de voleibol, con la que debuté a los 18 años, y la única que juega a nivel de alta competición». Para la próxima temporada, en Murillo, desea que «el equipo funcione bien, lo importante es que haya buen espectáculo, porque eso se transmite». Junto a ella, Mar Arranz y Rocío Gómez, que acaba de debutar con la selección absoluta, serán las tres internacionales del equipo riojano. Las tres, que por vez primera jugarán en el mismo equipo, coincidieron en la Liga Europea disputada en Turquía recientemente, donde no pudieron acceder a la y quedaron clasificadas en el décimo puesto. A ellas hay que unir la experiencia de la ucraniana Marina Dubinina, las brasileñas Liliam Ferreira y Daniela da Silva... «Las individualidades están ahí, son buenas, pero lo que verdaderamente cuenta es el trabajo en equipo. La plantilla, desde luego, está formada para ascender», opina Esteban, que añade: «Espero que la próxima Superliga 2 sea disputada, lo bonito es que todos los partidos sean difíciles».