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SOCIEDAD

'EL JULI', EL TRIUNFADOR DE LA TARDE

JUAN CRUZ GASTÓN

Martes, 13 de julio 2010, 02:29

Se lidiaba por primera vez la corrida del campo de Guadalix de la Sierra (Madrid), una corrida de origen Jandilla Domecq, justa, pero correcta, de presencia y pitones, con varios toros de los que gustan matar a las figuras. Varios fueron buenos para los toreros, otra cosa es la bravura y las fuerzas, carecieron en general de ambas. Al quinto, se le cuidó tanto en varas que, apenas le enseñaron la puya en las dos entradas. Nobleza les sobró a cuatro toros, el mejor lote se lo llevó Curro Díaz, que tuvo momentos espléndidos en sus dos oponentes-toros. El primero de 'El Juli' se iba suelto hasta que el madrileño lo sometió y luego lo toreó a placer. El tercero de Talavante, muy noble y repetidor hasta que se le acabaron las fuerzas, después de un montón de muletazos. El quinto, medio inválido cogió a 'El Juli' cuando intentaba colocarlo, haciendo el péndulo por delante, levantándole del suelo. Se dolió el torero pero lo mató y le valió la oreja, se le pidió la segunda, en este caso con muchos menos méritos que la que le birlaron en su primero.

Curro Díaz, veroniqueó a sus dos toros con garbo, ganando terreno al toro y rematando en los medios. Toreó a sus dos toros con gusto y torería, en series por los dos pitones templadas y mandonas, con algún tropezón del engaño para que no fueran perfectas. Pero la espada le jugó una mala pasada, más por su culpa que por el toro. El descabello le privó de cortar una oreja en cada toro, pero dejó buen sabor de torero artista.

'El Juli' estuvo en maestro con su primero, que se quería ir de las suertes. Asentó la zapatillas y lo embarco. Una y otra vez, ligando los muletazos, muchos extras, por ambos pitones. Faena de torero poderoso. Muy bien. Su segundo, sin fuerzas y casta, sacó nobleza pero fue toro deslucido. Juli estuvo por encima del toro.

Talavante hizo una faena de muleta a su primero, francamente buena en series por los dos pitones, templadas y mandonas. Mal con ala espada. El sexto, muy deslucido, sin faena posible. Talavante quiso y no pudo, y lo mató.

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