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Buñuel en el espejo
EN ESTUDIO 22

Buñuel en el espejo

Estudio 22 expone fotografías de Antonio Gálvez sobre el cineasta

J. SAINZ

Lunes, 7 de junio 2010, 14:18

Fijarnos en los demás para crecer, hablar de los otros para hablar de nosotros mismos; ¿no es acaso lo que hacemos todos? Tratar de entender el mundo para poder convivir con uno mismo. La galería logroñesa 'Estudio 22' expone hasta final de mes 'Huellas de una mirada', una colección de fotografías de Antonio Gálvez (Barcelona, 1928) sobre el cineasta Luis Buñuel (Calanda, 1900-Ciudad de México, 1983), a quien acompañó durante años en sus rodajes fotografiándole en silencio.

«Yo creo que teníamos buena relación porque le gustaba mi obra y porque mi presencia nunca se notaba -explica Gálvez-. Siempre le fotografiaba sin que él se diera cuenta. De él siempre pensé que era un hombre que nació solo y moriría solo. Mucha gente quería relacionarse con él, pero Buñuel solía decirme: 'Cuando necesito compañía nunca hay nadie'».

Gálvez vivió el exilio en París desde 1965 y allí trabó relación con artistas e intelectuales como Calder, Bacon, Cortázar, García Márquez, Octavio Paz, Miguel Ullán, Valente, Goytisolo, Marguerite Duras, María Zambrano, Antonio Saura, Louis Aragon, Semprún... Pero fue su amistad y colaboración con el director de 'Un perro andaluz' lo que marcó radicalmente su obra fotográfica a partir de 1969.

'Huellas de una mirada' es un buen ejemplo de la conexión artística y personal entre ambos. La exposición, según el galerista David A. Pérez, «refleja claramente la visión crítica de Buñuel sobre el sexo, la religión, la sociedad corrompida, la miseria, etcétera... Visión que Antonio también comparte».

«La lógica de Buñuel -explica el propio Gálvez- es la razón implacable del Marqués de Sade, ese nombre esclarece la relación de Buñuel y el Surrealismo. En él predomina una lucha encarnizada con la realidad y en su obra rara vez ocurre la felicidad. El amor suele ser un acto de fieras humanas que se devoran, una batalla salvaje a través de un itinerario de desencuentros fallidos, obstáculos morales y sociales. Es un arte pasional y feroz, contenido y delirante, que está reclamado como sus antecesores Goya o Posada. En mi caso personal, he intentado plasmar en imágenes ese mundo fantástico en la figura de Buñuel asimilándolos en mundos paralelos».

'Huellas de una mirada' es para Gálvez como mirarse en el espejo y ver el rostro de Buñuel. «La obra -dice el fotógrafo recordando al amigo- suele superar al creador. Buñuel, en cambio, es de los pocos artistas cuya calidad humana estaba por encima de sus películas».

Estudio 22 ya había expuesto a Gálvez en Logroño en el 2006, 'Esa falsa luz del día (La locura de este mundo). «Ambos trabajos -señala Pérez- son ásperos, críticos, duros, cuestionadores, propios de quien ha tenido que marchar de este país, como muchos otros, para poder tener la libertad de crear y de vivir».

Ahora, con 'Huellas de una mirada', exposición número cuarenta de esta galería independiente, completa un ciclo de diez años dedicados a la fotografía de autor y siendo una referencia más que necesaria en la ciudad. Crear y vivir.

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