LOS DESTELLOS DE ARTE DE CURRO DÍAZ

La tarde amenazaba tormenta por las nubes y el fuerte bochorno con calor sofocante. El otrora tirón del mediático torero de Ubrique, no se reflejó ayer en la centenaria plaza de toros de Haro, lo que viene a indicar que la reaparición de Jesulín no va a tener el tirón que se podía suponer.

Corrida mixta para el debut de la nueva empresa taurina jarrera, que anunció pomposamente como 'Primera gran corrida del Vino de Rioja'. Muy pobre entrada pese a que la obligada sustitución de Julio Aparicio fue por otro torero de etiqueta, y hechos, de un torero artista. Curro Díaz dejó pinceladas de arte del bueno y el de Ubrique, torero con oficio largo, estuvo técnicamente bien, pero cuando la casta de los toros brilla por su ausencia y con el añadido de sus escasísimas fuerzas, tan pocas, como calidad y nobleza demostraron los cuatro toros y los dos novillos.

Es posible que si Jesulín mata a la primera en el que abrió plaza le hubieran concedido la oreja. Curiosamente en su segundo se la pidieron y la cosa quedó en nada. Bueno, hubo pitos al palco, pero no pañuelos suficientes.

Curro Díaz dibujó lances en sus dos oponentes-toritos. A su primero, flojísimo y muy noble, también le dibujó muletazos de gusto, despegadito, sin cruzarse. Pinturería, torería, temple... pero faltaba 'enemigo'. La faena a su segundo fue jaleada mientras llovía sin fuerza. No tuvo la calidad de la primera, pero el torero supo conectar con el respetable. Hubo más oropel que metal preciso y precioso en su quehacer. Y se llevó una oreja. Así son las cosas. Me quedo con un par de verónicas y dos medias de cartel de toros al quinto de la tarde y unos naturales en su primero, tirando y alargando el viaje cuando parecía imposible.

El novillero del Campo de Criptana, Rafael Castellanos, debutaba en Haro y se anuncia en la novillada del día 26 de junio, sábado. Cortó una oreja a su primer oponente que colaboró con el chico al que vimos templar dejando mucho hueco en los lances. Ganas de ser tiene el chico pero parece estar un poco verde. Habrá que ver su evolución con el paso del tiempo.