«Perder contra el Kiel ha sido la mayor decepción como jugador»

- ¿Cómo se definiría como jugador?

- Me gusta pensar que soy versátil. Creo que me puedo adaptar a cualquiera de los puestos centrales de la defensa y en ataque tengo un juego variado. Quizá no soy el mejor en nada, pero me gusta pensar que soy luchador y honesto.

- ¿Qué balance hace de estos años en el Barcelona?

- Que no he cumplido los objetivos que buscaba.

- También es cierto que se topó con el mejor Ciudad Real...

- Sí, ser segundo es ser el primero de los perdedores. En el Barça veía reflejada la excelencia a la que quería llegar. Mi objetivo era un título grande y me voy sin conseguirlo. Hay que aceptar el fracaso y aprender de ello. Todavía estoy en proceso, teniendo en cuenta que hace dos días tuve mi última oportunidad. Espero que todavía esté a tiempo de conseguirlo.

- ¿Le dura el mal sabor de boca del partido contra el Kiel?

- Quizá al ser tan fresco el recuerdo los sentimientos no estén mesurados, pero creo que es la mayor decepción y uno de los momentos más duros que he tenido como jugador. Sentía que era la última oportunidad de ganar una Champions y verla escapar en diez minutos...

- ¿Qué pasó con Omeyer?

- Se puso a parar como un loco y nos ganó la final y luego se puso como un loco, pero no lo he visto. Me entró tal bajón que me caí derrotado y cuando levanté la cabeza ya había pasado todo.

- Sáqueme de una duda. ¿Qué pasó con la coleta?

- Me la corté cuando me casé.

- ¿Una orden de su mujer?

- No (risas). De hecho, ella no lo sabía, era una sorpresa. Es que me canso fácilmente de los 'looks'. Además, la coleta da mucho trabajo porque en la posición de pivote te están continuamente agarrando con las manos llenas de pega y tener resina en el pelo no es agradable (risas).